• La Ligua: mujeres ayudan con una olla móvil a los afectados de la pandemia

    Unos 3.000 00 adultos mayores se estima que actualmente viven en La Ligua, un grupo etario que justamente ha sido el más afectado por la pandemia de COVID-19 en Chile y el mundo. Esto en cuanto a las expectativas negativas de sobrevida frente a eventuales contagios, como también respecto a su cotidianidad, ya que los mayores de 75 años estuvieron por largo tiempo con cuarentena obligatoria en sus hogares.

    Actualmente, con la pandemia aún en territorio nacional, la tercera edad sigue siendo el segmento de la población que más resguardos debe tomar y evitar salir de casa. El problema es que en muchos casos viven solos o junto a otro adulto mayor y se les hace complejo acceder a elementos de primera necesidad como la alimentación.

    Aquello justamente fue detectado por las voluntarias de la agrupación solidaria San Alberto Hurtado, que desarrollan su labor con el apoyo del Programa de Atención Domiciliaria Adulto Mayor (Padam) de La Ligua, dependiente del Hogar de Cristo.

    En total, son 18 voluntarias las que, antes del arribo del COVID-19 a Chile, ya se reunían para preparar almuerzos para quienes más lo necesitaban en La Ligua, principalmente de la tercera edad. No obstante, con la llegada de la pandemia la labor se fue incrementando y se amplió el grupo etario a los que han comenzado a apoyar. "La prioridad son los adultos mayores y de ahí se sale a entregar a los demás que uno sabe que tienen necesidades, se hace un catastro y se van a dejar los almuerzos", indica la presidenta de la agrupación solidaria, Ximena Valdebenito.

    Voluntarios jugados

    Todas la voluntarias tienen sus labores como trabajadoras y también dueñas de casa, pero a pesar de que el tiempo no les sobra se hacen el espacio para ayudar. Dentro de sus posibilidades han logrado entregar regularmente almuerzo dos veces por semana. En esas ocasiones, acota Valdebenito, "se les entrada una porción de almuerzo, una bolsita con pancitos, verduras y algo de mercadería". Además ahora, en el contexto de los días dieciocheros, mañana viernes harán un cambio en el menú habitual y repartirán empanadas de pino.

    Las voluntarias hacen su labor con cariño y eso se nota en las palabras de Valdebenito, quien comenta que tratan de variar en las preparaciones y salir del típico arroz y fideos. "Se ha hecho carbonada, charquicán, porotos, cazuela, lentejas, una variedad de almuerzos", señala la voluntaria.

    Esa dedicación la aumentan al doble ahora en tiempos de pandemia, ya que están conscientes de la importancia de su labor que permite que las personas no se muevan de sus casas para recibir el esperado almuerzo. "Tiene otro sentido también ahora con la pandemia porque buscamos ayudar a más gente", recalca la liguana.

    Para continuar ayudando a los adultos mayores y familias que cada semana esperan su ración de almuerzo las voluntarias se esfuerzan por conseguir donaciones y también aportan de su bolsillo, pero muchas veces se hace muy complejo. Por eso instan a quienes puedan apoyarlas a contactarse a través de la página de Facebook: Programa Padam Hogar de Cristo La Ligua. J

  • Comedor Antumapu sigue funcionando pese a cambios en gestión

    Para nada sorprendió que hace algunos días se conociera el alejamiento del comedor solidario de Jessica Montenegro, la dirigenta vecinal del sector Antumapu y quien, en abril pasado, abrió una olla común en el sector, la que durante los últimos meses no estuvo exenta de críticas.

    De hecho, fue tras las quejas de voluntarios que trabajaron en el lugar y un aporte voluntario semanal de mil pesos que se pedía en el lugar a los beneficiarios, que el municipio decidió acercarse para conocer el funcionamiento del lugar.

    De hecho, se creó el cargo de encargada de comedores, siendo la asistente social Jennifer Álvarez la encargada de velar por el correcto funcionamiento de estos espacios, los que operan con ayuda de los vecinos, privados, y también el municipio.

    Fueron estos cambios los que gatillaron la salida de Montenegro lo que, según el municipio, en nada afectarán el desarrollo del comedor, el que entrega cerca de 400 raciones diarias de lunes a viernes a la población del sector, incluyendo la entrega por delivery a adultos mayores.

    "Lamentablemente este viernes, tras cinco meses de labor, la gestora del comedor solidario de Antumapu decidió voluntariamente dejar de participar en esta iniciativa, decisión que comunicó a la trabajadora social de la Dirección de Desarrollo Comunitario, Jeniffer Álvarez, quien es la coordinadora municipal de los comedores solidarios de Quillota", explicaron desde el municipio.

    Álvarez puntualizó que "(como municipalidad) agradecemos el trabajo que generan todos los voluntarios y las personas que cooperan con los comedores y comprendemos también que, producto de distintos tipos de situaciones o circunstancias, la gente tiene todo el derecho de irse del comedor cuando estime conveniente. Nosotros vamos a seguir apoyando los comedores y vamos a seguir recibiendo donaciones, porque lo importante para nosotros, como municipalidad, es que el beneficio siga dándosele a la gente".

    Quince comedores

    Según contaron desde el municipio, en Quillota existen alrededor de 15 comedores solidarios, que brindan almuerzos en diferentes barrios y cuatro panaderías, que preparan pan para la entrega directa a vecinos o a ONGs. J