Hace muchos años que Gastón Rojas se radicó en la calle Antofagasta de Artificio, en La Calera, luego de emigrar hasta esta zona desde el valle del Elqui. Y a sus 87 años este hombre recuerda que se ha ganado la vida como trabajador ferroviario, zapatero remendón y hasta como agente oficial de juegos de azar.

Luego de toda una vida realizando estos y otros diversos oficios, don Gastón puede refugiarse en su casa con su esposa. Sus hijos le ayudan con las compras y los trámites. "Desde febrero que no salgo de la casa porque esta pandemia está muy complicada, mejor no me arriesgo", dice.

Lo que ha mantenido ocupado en el último tiempo a Rojas es la elaboración de unas cajas de pino terciado que tienen el propósito de poner en ellas a las mascotas de la casa cuando mueren. Su idea es que los amos les den una más que cristiana sepultura a sus animalitos, tomando en cuenta que muchos los consideran integrantes de la familia.

"Estos ataúdes no tienen casi nada que envidiarles a los que hacen las funerarias para las personas, quedan bien firmes, con tres manos de barniz y forrados por dentro", dice el fabricante de estos cajones que son de distintos tamaños según la envergadura del perro o del gato, y con un espacio para poner una foto del regalón.

Bajó los precios

"Comencé hace cuatro años a hacer estas cajas y pese a que un primer momento llamó bastante la atención esto que yo hago, la verdad es que cuesta venderlos. Al principio sí vinieron varias personas a preguntar y algunos compraron. En el último tiempo, y con todo lo que ha pasado, me ha costado vender", reconoce Gastón Rojas, quien tienen en un rincón de su amplio terreno algunos ataúdes guardados a la espera de compradores.

Este fabricante de cajas para sepultar a mascotas considera que hay otra razón para que existan pocos compradores. "Yo me inspiré en un cementerio de animales que hay en Til Til, de ahí saqué la idea, pero sucede que en esta zona no hay un cementerio de esa naturaleza, la gente por lo general entierra a sus mascotas en el patio, los que tienen. Si hubiera un cementerio de mascotas, tal vez la gente compraría más estas cajas que hago", sostiene el hombre.

Gastón Rojas tiene a 55 mil pesos ataúdes que antes vendía a más de 90.000, pero para conversar esos valores, los interesados lo pueden contactar al fono +56 9 75514779. J

El Cerro Santa Inés, ubicado entre las regiones de Valparaíso y de Coquimbo, fue declarado como nuevo Santuario de la Naturaleza en la Región de Valparaíso.

Se trata de un área protegida, que se encuentra entre las comunas de La Ligua y Los Vilos, frente a la costa de Pichidangui, y que cuenta con una superficie aproximada de 713,8 hectáreas.

Una de las características de la zona es que presenta especies de bosques relictos que son propios de la flora valdiviana. Estas son las últimas que quedaron como remanentes del ecosistema que existía anteriormente.

"Con esta nueva declaratoria la Región de Valparaíso ya cuenta con 15 santuarios de la naturaleza y 2 áreas protegidas aprobadas por el Consejo de Ministros para la Sustentabilidad durante este año 2020", sostuvo la seremi del Medio Ambiente, Victoria Gazmuri.

Asimismo, la gobernadora de Petorca, María Paz Santelices, precisó que "la decisión que tomó el ministerio del Medio Ambiente es muy positiva ya que este territorio, que comprende parte de la comuna de Los Vilos y de La Ligua, ha sido identificado como una de las zonas de más alto valor ecológico, ambiental y de investigación".

Dentro de la flora identificada, la zona se encuentra representada por más de una centena de especies nativas y endémicas. Entre ellas, es posible constatar la presencia de 22 especies bajo categoría de conservación. Además se registra una riqueza de fauna correspondiente a 80 especies de vertebrados nativos, de las cuales 59 son aves, nueve mamíferos, ocho reptiles y cuatro anfibios. J

Con varios metros menos quedó el estadio Marista, luego del cúmplase de la expropiación para ampliar O'Higgins, vía de acceso al nuevo hospital biprovincial.