• La mujer que impulsó a más de 300 familias a lograr la casa propia

    Hace unas semanas fue entregado en Artificio el conjunto habitacional Luchando por un Sueño II, el cual permitió a 160 familias lograr por fin el anhelo de la casa propia. Hubo corte de cinta y la presencia de algunas autoridades, todo muy austero para estar a tono con los tiempos de pandemia.

    Junto a los nuevos propietarios que recibieron las llaves se encontraba Rosa Alegre, quien en realidad es residente del conjunto de casas (150) Luchando por un Sueño I, que se entregó hace unos meses. Sin embargo, esta mujer fue la que inició el camino de estas familias para conseguir un techo, ya que aglutinó voluntades, hizo gestiones ante autoridades y se preocupó de que los interesados asistieran a las reuniones y estuvieran siempre involucrados en la causa.

    "Yo inicié todo esto hace ocho años porque tenía a mis hijos que vivían de allegados o arrendando. Creé dos comités y así aproveché de ayudar a más gente. Al principio me decían que en los terrenos no se podía construir, fue una lucha larga hasta que esa situación cambió, para beneficio de gente de Artificio y La Calera, aunque también se integraron familias de Hijuelas, Nogales, El Melón y alrededores", señala Rosa Alegre.

    Así estas personas postularon a casas pareadas de 45 metros cuadrados, dos pisos, con antejardín, entrada de vehículo y patio, y dentro del proyecto viene pagada una futura ampliación para una pieza en la planta baja. Por eso el monto de ahorro inicial para postular era de 800 mil pesos.

    "Por eso mucha gente se retiró, algunos porque al principio no creían. Se formaron dos directivas para los respectivos comités, pero yo no podía formar parte de ellas porque ya tenía un subsidio, pero fui vocera y con los dirigentes organicé las reuniones y fuimos a distintas partes", dice esta impulsora de los proyectos habitacionales, quien detalla que las postulaciones estaban pensadas "para madres solteras o matrimonios con hijos, pero también incluimos a adultos mayores. Entre los dos comités tenemos como dos mil niños".

    Cuentas claras

    Otra características de estos conjuntos habitacionales es que son comités familiares, como explica Rosa Alegre: "En el uno está la mamá, el hermano, el allegado; en el dos está la prima, la hermana que quedó sin casa. Se fueron corriendo la voz y muchos familiares entre sí terminaron viviendo en estos conjuntos que logramos materializar con mucha fe. Cuando fue necesario hicimos rifas o actividades para apoyar a quienes no tenían para el ahorro inicial, nunca sacamos a nadie por no tener dinero. Sí exigíamos que asistieran a las reuniones, que no faltaran a más de tres, o que enviaran a un representante si no podían ir".

    Es que en cada reunión se preocupaban de que los postulantes presentaran su cartola de ahorro actualizada y que no ocuparan esos recursos para otros menesteres. Así avanzaron hacia el sueño de la casa propia. De hecho, en el primer comité ya entregaron las escrituras, y en el segundo, que es el más reciente, el proceso tomará unos meses.

    "Aquí el dinero para lograr las escrituras va directo a la Egis y a la constructora Costa Sol que nos hizo las viviendas, así que la plata no pasó por manos de directivas ni nada, sino que iba directamente a una cuenta para tal propósito", explica la mujer, ya que así se evitaron tener los problemas que han tenido en otros conjuntos habitacionales.

    Apremiados por los tiempos difíciles, muchas familias comenzaron a habitar de inmediato las viviendas de Luchando por un Sueño II, aunque la entrega no se hizo con un gran show, como fue en el conjunto uno. J