• El tiempo

    Es un tirano omnipresente que rige nuestra vida. Nada de nuestra existencia le es ajeno. Todo está relacionado con el tiempo; está presente en toda la secuencia de la vida: la concepción, el nacimiento, sigue con la edad, el colegio, en forma de promoción, de curso, en el trabajo; inicio y término de la jornada; luego estamos pendientes del fin de mes; día del pago. Pasa el tiempo y pensamos en la jubilación y, por último, tomamos conciencia que la vida se nos va y viene, inexorablemente la muerte Siempre estamos pendiente del reloj y del calendario.

    El tiempo es un constructo, como dicen los psicólogos; nosotros lo percibimos, pero su existencia no es tan clara; es una sucesión de un antes, un ahora y un después. Se da entre un ayer, hoy y mañana. Lo único que existe con claridad es el pasado, (ayer), es seguro; el futuro, aun no es y el presente se nos desvanece; con límites poco claros, está compuesto por varios ahoras cuyos lindes no están claros. En este instante ¿Cuándo termina el ahora?

    Hay algunas características del tiempo que lo hacen especial. Es continuo y eterno, siempre va a existir; querámoslo o no. Hay momentos buenos que no quisiéramos que pasaran, pero nada los puede retener, es un ahora que se muestra independiente; lo propio acontece con los momentos desagradables; pareciera que nunca terminarán. Hay una suerte de subjetividad y objetividad que, paradojalmente, se dan juntos: el tiempo siempre es el mismo, pero su percepción cambia, según los motivos afectivos que nos dominan. Cuando estamos atrasados, el tiempo fluye con mucha rapidez, no así cuando estamos libres de plazos.

    Realmente, el tiempo solo lo tenemos presente cuando tenemos algo que hacer; contrario sensu, no existe; lo que realmente existe es la vida; el tiempo no trascurre, no pasa, lo que va aconteciendo es la vida. El tiempo que yo le dispenso a otro es parte de mi vida; el tiempo que le destino al trabajo, a la familia; ese favor que le hice a alguien es vida que le doy y que se resta de mi existencia. La vida es muy corta para gastarla en cosas negativas; hay que evitar los conflictos, los malos ratos y ojalá pudiéramos vivir sin odiar. Sin embargo, eso es imposible, en la vida siempre habrá variables negativas.

    Algo terrible que tiene el tiempo es ser no recurrente, no se puede repetir; los momentos son único, no se pueden repetir; son únicos, nunca vuelven a ser iguales, menos idénticos. Cuántas veces hemos tratado de reiterar algo del pasado y no podemos; ya no es lo mismo; Heráclito nos señaló "No podemos bañarnos dos veces en el mismo río"; el agua habrá cambiado y nosotros ya no somos los mismos. El poeta nos dice que las golondrinas ya emprendieron el vuela. Como el tiempo no es recurrente: lo que antes causó una conmoción afectiva hoy no provoca lo mismo o, lo que es peor, ya no provoca nada.

    El tiempo, reamente no existe ni transcurre, lo que pasa es la vida. Cuando yo me dedico a una actividad, estoy dando una parte de mi vida. Si el tiempo no estuviera ligado a la existencia, no sería tema ni existiría. Para los seres eternos, si existieran, no tendría sentido el tiempo,

    Para concluir, por respeto a vuestro tiempo o mejor, a vuestra vida; termino aquí esta reflexión , esperando que ustedes mediten si han aprovechado su tiempo leyendo este pequeño ensayo.

    Carlos Cabrera

    Filosofía

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