• Zapallarinos alegan por descuido de los vecinos temporales

    El exalcalde de Zapallar Nicolás Cox Urrejola siempre decía que en su comuna no había turismo, sino que personas que tenían en el balneario su segunda vivienda.

    Una premisa que apoyaba, por ejemplo, ofreciéndoles sacar permisos de circulación en la comuna a cambio de no pagar un peso por el estacionamiento en el borde costero durante todo el año.

    Y así, por años, la comuna fue albergando dos tipos de zapallarinos: aquellos que viven durante todo el año en el lugar y los que, teniendo casa o propiedades en la comuna, llegaban cuando querían, por tierra o por aire, y se instalaban en sus segundas viviendas.

    Pero el arribo del COVID-19, sumado a la imprudencia de los vecinos esporádicos, cambió la vida de esta comuna del litoral norte de la región.

    Las fiestas clandestinas de Cachagua elevaron la tasa de incidencia de coronavirus en la población, hicieron aumentar los contagios y la ciudad retrocedió a la Fase 2 del plan Paso a Paso, restringiendo a todos los vecinos las salidas durante los sábados y domingos a las calles y, con ello, impidiéndoles a los residentes, que viven durante todo el año en Zapallar y la localidad de Catapilco, hacer su vida con relativa normalidad.

    Quejas

    Y como era de esperar, la decisión no cayó del todo bien en la población, la que se queja de que, tras la realización de las masivas fiestas clandestinas en el sector de Cachagua, tanto la municipalidad como la Seremi de Salud han realizado escasas fiscalizaciones en las calles del pueblo y durante horario del toque de queda.

    Además, quienes residen permanentemente en la comuna enfatizaron que las personas con segunda vivienda al parecer no comprenden la gravedad de la situación sanitaria que atraviesa actualmente Zapallar.

    Nicole Ortiz, vecina del sector, indica a La Estrella que "a los veraneantes les da lo mismo, no acatan las normas; como tienen plata, no les importa pagar una multa sanitaria".

    "La posta está colapsada, los habitantes del pueblo no tenemos voz prácticamente, no se hicieron las fiscalizaciones, ahora con todo lo de las fiesta uno anda con miedo, sobre todo porque nosotros trabajamos con ese público", agrega.

    Vecinos de la zona también critican la administración y rol del alcalde Gustavo Alessandri, señalando que se encuentra "alineado" con las personas más "pudientes" de la comuna. Este lunes se registró nuevamente una fiesta clandestina en el sector de Cachagua, la que quedó al descubierto tras una denuncia de vecinos. Veinte personas resultaron detenidas; sin embargo, por instrucción del fiscal de turno, todos los involucrados quedaron en libertad.

    "era" tranquilo

    Los vecinos consultados por La Estrella aseguran que durante el año las calles de Zapallar gozan de una permanente tranquilidad y silencio, mientras que la convivencia entre ellos es amable, cordial y atenta, pero con la llegada del verano comienza la bulla, las fiestas, los ruidos molestos y, junto a eso, los excesos de alcohol, drogas y otras sustancias.

    Manuel, vecino de la comuna de Zapallar durante toda su vida, comenta que "este es un pueblo de 7 mil habitantes, nosotros aquí llevamos una vida de forma muy tranquila y cuando viene gente de visita es cuando queda la escoba. Nosotros le rogamos al alcalde que haga algo y ojalá tener un retroceso a cuarentena porque acá está todo abierto y las cifras van de mal en peor".

    Camila, quien es dependiente del local de ropa Amoha, menciona que las personas no cumplen con el uso de mascarillas y muchas veces quieren entrar a la tienda "en masa", sin cumplir con la medida de aforo.

    Los residentes de la comuna hacen un llamado a la organización entre los vecinos y a denunciar todo evento que no cumpla con los protocolos sanitarios correspondientes. J

    La posta está colapsada, los habitantes del pueblo no tenemos voz prácticamente".

  • la incidencia más alta de la región

    El Informe Epidemiológico del ministerio de Salud entrega varias cifras que no hay que dejar pasar. En el caso de Zapallar, el documento del miércoles -son dos a la semana- mostró que la comuna tiene 25 casos activos y una positividad de 7,8% (el regional es 7,3). Estas cifras, esperables tras los brotes presentes en las fiestas clandestinas de año nuevo, han significado que la comuna tenga una tasa de incidencia de 312,7, la más alta de la Región de Valparaíso y muy por encima de la regional, que es de 113,6. La cifra refleja la cantidad de casos por 100 mil habitantes y permite proyectar, bajo un patrón común, el impacto en la comunidad de los infectados. De esta forma, la comparación es mucho más equitativa que la cantidad de casos activos, los que por sí solos crecerían por la cantidad de habitantes de la comuna.