• La Ligua lamenta Fase 2: vecinos encerrados y menor venta el wikén

    La ciudad de La Ligua había pasado los meses más duros de la pandemia sin ninguna medida de confinamiento, aunque desde el alcalde hacia abajo habían pedido cuarentena. Pero justo en la primera parte del verano, y cuando los habitantes de la comuna ya pensaban que se habían librado del Plan Paso a Paso, el ministerio de Salud decretó Fase 2 para la capital de la provincia de Petorca.

    Con esta medida la preocupación no tardó en llegar, sobre todo para los comerciantes que trabajan en la ciudad. Frente a la plaza, por ejemplo, Domingo Espejo ofrece los tradicionales dulces de La Ligua, y muchos de sus habituales clientes lo buscan porque saben que les tiene sus pastelitos o empolvados preferidos.

    "Aquí nadie entiende mucho esta medida, si en los peores momentos nunca decretaron cuarentena. En todo caso, esto se veía venir porque hemos sido porfiados, con el primer diez por ciento que retiró la gente, salieron en masa a comprar. Es culpa de todos", acusa este comerciante que trabaja en la venta de dulces hace 30 años, y le toma el pulso a la ciudad.

    "Yo he sido previsor así que, espero, no me afecte demasiado. Creo que los más complicados de mis colegas, son los que trabajan en la ruta o en el terminal de buses; viaja poca gente ahora. Nosotros aquí en la calle nos hacemos un sueldo, y para mí al menos, el día sábado es el más fuerte, porque viene gente de los balnearios a la feria y llevan sus dulces. Ahora tendré que quedarme en la casa, igual las ventas han bajado en el último tiempo, ahora traigo mercadería y me dura dos días, antes vendía todo en el día. Me salvo con unos bollos que traigo, porque los dulces se venden menos ahora", explica este dulcero.

    En la frutería Giovelli, Arecelli Carilao cuenta que antes se dedicaban a la venta de ropa, pero debieron reinventarse y ahora tienen un local de frutas y verduras. Sobre la fase de Transición en que ingresó La Ligua, esta comerciante de familia calerana, comenta que "esta es una zona de paso, vino mucha gente y de repente nos fuimos a pique en los contagios. Hemos tenido más de 30 fallecidos, yo conocí a un matrimonio en que fallecieron los dos. Y he visto cosas increíbles, el otro día llegaron unas personas aquí, y una me dijo, a ella atiéndala bien porque viene llegando de París, imagínese. Otra persona me contó que se contagió en una peluquería".

    Esta comerciante cuestiona que hayan decretado fase dos. "Aquí debieron cerrar la ciudad hace tiempo, y ahora esta medida ojalá sirva para bajar los contagios. Esta es una ciudad chica, pero en los alrededores, como Tunquén o Longotoma, ha comprado terrenos mucha gente de Santiago que no es de buen vivir", asegura la mujer, quien agrega que ella vende abarrotes en su negocio, por lo que podrá seguir abriendo todos los días.

    GASTRONOMÍA A LA BAJA

    En el interior de la galería Los Lúcumos está la cafetería Auka, en la cual ofrecen almuerzos y onces. Su dueña Fernanda Ruiz dice que habían reabierto hace un mes, "pero ahora nos afectará harto no poder abrir los fines de semana, sobre todo los sábados, que son los días en que hay más flujo de gente. Además, por el toque de queda, solo podemos atender hasta las ocho y después hay que cerrar para que todos alcancen a llegar a sus casas… no sé si esa es una medida preventiva, sanitaria o represiva".

    En el local que antes organizaban intervenciones culturales, trabajan dos personas más y la propietaria cuenta que "he tomado medidas adicionales, como acordonar el café, ya que en la galería no han establecido un protocolo común para todos los espacios, por lo menos han venido a fiscalizar de sanidad, y eso es bueno porque lo que es en la calle, yo no veo que la policía o nadie ponga orden con las aglomeraciones que se producen".

    En la calle Esmeralda funciona desde 2016 el local denominado Café Momentos Dulces, donde en unas pocas mesas dispuestas en una pequeña terraza, los liguanos degustan café, pasteles y todo tipo de masas. Lucy Astete dice con su marido decidieron emprender elaborando sus propias creaciones, agregando el reparto de pastel de choclo y humitas en esta época. "Peleamos por arrendar este local donde la gente viene a tomarse un café y leer el diario tranquila. No poder abrir el sábado no nos afectará demasiado, ya que nos va mejor en la semana, con la gente que viene a los bancos, al correo, o los profesionales que trabajan en las oficinas del frente. Ya pasamos lo peor, tuvimos un mes cerrado y debimos quedarnos con una sola persona para atender. Por lo menos conseguimos que nos bajaran el arriendo", destaca. J