• Circo lleva nueve meses varado en Quillota y pide la reapertura

    Los hermanos Sebastián y Abraham Lillo son los actuales estandartes de la dinastía circense del Tony Caluga. Ellos encabezan la tropa que sigue instalada en los terrenos de la familia Rebolar, a la entrada de la villa El Sendero. "Se han portado muy bien los dueños con nosotros, nos permiten estar aquí y a la vez les cuidamos porque nadie entra", dicen.

    Claro que el contingente que llegó en marzo hasta Quillota, con todas las ganas de realizar las funciones para el público local, se ha reducido.

    Tanto tiempo sin poder abrir la gran carpa para presentar los espectáculos de risas y destrezas varias ha llevado a varios de los integrantes del circo a emigrar, y de los cerca de 50 que había en un principio, ahora quedan poco más de veinte.

    "Es entendible que muchos de los artistas hayan vuelto con sus familias o hayan salido a buscar otras oportunidades de pega. Si acá no podemos hacer nada de lo que nosotros sabemos. Hemos tenido que salir a vender cosas, como algodones, palomitas de maíz (cabritas), paletas y churros, que los aprendimos a hacer nosotros; le pregunté la fórmula a un amigo que es experto, porque hay que ofrecerle a la gente productos buenos, más allá de que nos ayuden al comprarnos, de lo cual estamos sumamente agradecidos", cuenta Sebastián Lillo.

    El mandamás del circo del Tony Caluga se explaya sobre cómo ha calado en las huestes la obligada inactividad. "Los artistas preparan su número y luego lo presentan ante el público, eso es lo que hacen. En estos tiempos, hay que salir a vender y no todos están dispuestos a hacer eso porque es mucho más trabajo; pero al principio teníamos que alimentar a 50 personas sin tener ninguna entrada y ahí fue fundamental la ayuda de la gente de Quillota, que nos trajo frutas, verduras y mercaderías por montones. Llegaban con cajones de paltas, ¡imagínense, con lo caras que están! Con todo lo que nos trajeron nos alcanzó para repartir a otros circos, porque todos están igual de mal sin poder hacer sus funciones".

    PAYASOS TRISTES

    Pero más allá de sobrevivir estos meses, lo que realmente quieren en los circos es volver a entregar sus funciones a un respetable que, según dicen, mantiene su fidelidad; quieren trabajar y para tener esa posibilidad, deben esperar a que llegue la fase 4. Pero están inquietos. "Estamos unidos a una campaña que inició Agustín Maluenda Ríos, 'Pastelito', con el hashtag #Quevuelvanloscircos. Nosotros como circo Tony Caluga nos hemos adherido porque en realidad necesitamos ya trabajar, llevamos más de nueve meses sin poder entretener al público, sin poder dar un ratito de alegría a la gente. Siempre hemos sido el circo del pueblo. Esta pandemia nos ha dejado en el suelo, a todos los circos; los recursos se han ido como agua entre las manos y queremos hablar con las autoridades para que en la etapa 4, nos dejen trabajar", clama Abraham Lillo.

    Claro que cuando esa posibilidad se concrete, Lillo dice que la idea es que volver a funcionar no sea otra carga que los complique. "Esperamos que sea con algunas facilidades, que los pagos no sean tan excesivos, que sean más acordes a lo que hemos vivido. No queremos que nos regalen nada, pero sí queremos que nos ayuden rebajando los costos de los permisos de funcionamiento, de luz, de perifoneo; para que el circo vuelva en gloria y majestad. Que nos pidan todas las medidas de seguridad, pero las que les piden a otros rubros o actividades, como los supermercados u otros, que no nos pidan más".

    En el circo están ansiosos por volver a las funciones, cuentan los días para entrar a la pista y actuar frente a la gente. "Ya los payasos tenemos la cara por el suelo, la alegría se nos ha ido de a poco, la cuarentena nos ha matado. Estamos deshechos, pero con hartas ganas de volver a pintarnos la cara y entretener, la gente está chata de la televisión, y nosotros no cobraremos caro, dos mil y cuatro mil pesos, y queremos hacer funciones gratis para grupos de niños, como lo hacía mi abuelo", prometen. J

  • Casos de COVID-19 se mantienen

    A raya parece mantenerse el COVID-19 en Quillota; pese a eso, la comuna permanece -al igual que gran parte de la Región de Valparaíso- en Fase 3. El último informe epidemiológico dio cuenta de solo 23 casos activos, con una tasa activa de 23,6%. La tasa regional de positividad es de 2,8%, y la de Quillota se ubica en 1,8%.

    En el caso de La Calera, hay 17 casos activos y una incidencia de 31,7% casos activos, cifra superior a Quillota. La Ligua, una de las comunas que preocupó durante el último mes, solo mantiene 7 casos activos, con una posibilidad de 18,5%.

    En Limache, la tasa de incidencia de casos activos se elevó a 32%, siendo uno de los más altos de la zona interior de la región. J