• San Luis no logra alejar el fantasma del descenso

    De nada le valió a San Luis hacer un partido más que correcto el martes pasado en Chillán. El empate que estaban consiguiendo ante el puntero Ñublense no era malo, pero los Diablos Rojos no por nada van primeros en el campeonato de la B, mirando para atrás a sus escoltas incluso, por lo que tuvieron la suerte que suele acompañar a los buenos equipos, y convirtieron en los descuentos el gol del triunfo en un tiro de esquina.

    Todo lo contrario de lo que pasa en el conjunto canario, pues no le sirvió el esfuerzo y el fútbol desplegado en la cancha del Nelson Oyarzún y cosechó una nueva derrota, sumándose a las que ya había sufrido consecutivamente ante Magallanes, Melipilla y Cobreloa. La derrota dolió en Quillota por eso, y porque más allá de las tapadas con que el portero Pablo Heredia retrasó el segundo gol chillanejo, justo antes del 2-1 los sanluisinos tuvieron el desequilibrio a su favor, pero el zurdo Franco Ortega no supo conducir un contragolpe, no hizo el pase a tiempo, y cuando centró, lo hizo desmedidamente para que algún compañero pudiera empujar el balón adentro del arco.

    Así, muchos hinchas canarios descargaron -en redes sociales- su indignación sobre el extremo izquierdo, aunque en varios partidos el otrora jugador de Wanderers ha contribuido en una delantera que no ha contado con el aporte regular de elementos más experimentados, como Jean Paul Pineda por ejemplo, que casi no ha jugado un partido completo en el campeonato.

    El asunto es que los fanáticos quillotanos ya le perdieron toda la fe al director técnico Marcelo Raya, y son muchos los que piden su salida, no encontrando eco hasta ahora en la sociedad anónima que toma las decisiones, y que puso al argentino hace poco en el cargo.

    POBRES NÚMEROS

    Es que con ocho partidos dirigidos en San Luis, Raya solo ganó en su debut en Temuco, y con un gol de rebote de Antonio Estrada. Después de eso el ex 'director metodológico' de Unión La Calera solo suma dos empates en condición de visita ante Cobreloa y San Felipe, y cinco derrotas, tres de ellas en el Lucio Fariña, donde el entrenador argentino no ha sumado un solo punto desde que asumió en la banca canaria.

    O sea, un magro registro de cinco puntos de 24 posibles, para un técnico que obviamente fue contratado para mejorar lo que estaba haciendo su antecesor Víctor Rivero. Y esta campaña que se derrumba tiene sus consecuencias, pues San Luis hace rato que se quedó pegado en los 19 puntos, que lo tienen por ahora en el duodécimo puesto del torneo, más cerca de los colistas que de los lugares de liguilla.

    Pero donde realmente afecta el pésimo andar de los canarios, es en la Tabla ponderada que toma en cuenta el rendimiento de los dos últimos campeonatos, aunque el del año pasado no haya podido terminar. El último de esa clasificación será el que descienda a la Segunda División Profesional, que de profesional tiene poco.

    San Luis por ahora marcha penúltimo en esa Tabla, y su promedio disminuyó tras la última derrota, a 1,023, nada lejos del 0,897 que tiene Deportes Valdivia, equipo que incluso tiene tres partidos sin jugar, aunque falta que se conozca la resolución, que ya está en acuerdo, sobre el duelo en que no se presentaron en Calama. J