• Misas harán colectas online

    Para nadie fue sorpresa que el sacerdote Felipe Lizama iniciara una misa por Facebook cuando se supo del cierre de templos y capillas católicas. El diocesano ya lo había hecho antes y su apego por las redes sociales es por todos conocido. En conversación con La Estrella agrega que esta vez debió "hacerlas todas". "Soy el técnico, programador, el que hace la misa y el que pone la música", dice desde una de las bancas de la solitaria parroquia Nuestra Señora de Los Desamparados del sector Corvi, en Quillota. El templo está cerrado para todo tipo de ceremonias, tales como velatorios, y lo mismo la casa parroquial. El cura Felipe vive con todos los resguardos de una persona joven que tiene contacto, aunque sea mínimo, con población en riesgo. De hecho, para recibirnos mantiene la distancia social, nos entrega alcohol gel y nos recuerda utilizar mascarillas.

    De las misas por Facebook, que han sido miles de veces compartidas, muestra a La Estrella el lugar desde donde las realiza: la sacristía. "Acá me instalo, con la puerta abierta mirando al santísimo; uso un teléfono, un computador, un foco y sobre un altar que instalé, está la biblia y todo lo necesario". El sacerdote oficia las misas online en la más completa soledad.

    En contacto

    Lo primero que se apura en aclarar el cura es que "la iglesia no está cerrada", agregando que "se cierra cuando cerramos nuestro corazón a Dios. La iglesia está abierta cuando somos hombres y mujeres de fe, capaces de ingeniárselas para encontrarnos con el Señor, y ahí que encontramos en la pantalla una oportunidad".

    Felipe agrega que gracias a estas transmisiones no solo llegan a la gente que habitualmente acudía al templo del sector Corvi, sino que también a quienes están postrados. Agrega que la experiencia ha sido "una gran alegría", al tiempo que recuerda que, de vez en cuando, le piden a nietos e hijos de personas adultas que los conecten a estas misas, porque para esas personas es importante".

    En esta línea se ha sumado la pastoral juvenil de la comunidad y hasta la señora Nancy, quien rea el rosario en formato de Facebook Live. Felipe cuenta que esta forma de celebrar "no sustituye nunca la participación en el templo con la comunión sacramentada", aunque, reconoce, apunta a la comunidad espiritual de las personas.

    Dineros

    Pero sin la presencia de las personas en el templo, también se elimina el aporte que, misa tras misa, hacen en formato de colecta quienes asisten a la celebración. Con la eucaristía en formato streaming, y ante la urgencia reunir fondos, Felipe adelanta que este fin de semana pedirá -a través de depósito electrónico- que quienes puedan aportar, lo hagan. "Más allá de las velas, insumos para limpiar, mantener el templo bonito, digno, voy al tema de los sueldos; estamos en una parroquia chiquitita, de barrio, hay tres salarios que uno tiene que pagar a fin de mes. Nosotros vivimos de la colecta diaria, del aporte del 1%. Esa realidad que es una iglesia millonaria, rica, que vive de los tesoros del Vaticano, eso es fantasía, es una desproporción muy grande", dice.

    Y agrega: "Por estos días mucha gente ha participado de la misa por Facebook, no es común que en la misa en un día de semana haya 80 personas; acá (en el templo) somos 12, hasta 5, y por internet ha subido la participación, la gente está muy agradecida, pero mirada desde el lado administrativo, mi pega es también ser ordenado como administrador y como jefe; las reservas que uno tiene, sumado a la generosidad de la gente, permitirá que podamos vivir este momento y cumplir con todas las responsabilidades", concluyó. J

  • bautizos y matrimonios postergados

    Mientras los funerales -que lógicamente no se puede postergar- se realizan en los cementerios con medidas de seguridad e higiene extra, los matrimonios y bautizos se postergan. Esa es la opción que existe y, según asegura el cura Felipe, al menos en su comunidad ha habido una total aceptación a las postergaciones. "Lo hemos conversado, y la verdad es que todos lo han aceptado", dice. Agrega que ambos sacramentos siempre traen acompañada una celebración, la que por motivos de la pandemia no se puede realizar y, por eso, muchos aceptan realizar el cambio.