• Estadio Fariña atiende hasta urgencias

    En el último partido de San Luis, por los pasillos del estadio Lucio Fariña solo transitaron jugadores, entrenadores y árbitros, ya que estuvo cerrada esa zona para los medios de comunicación. Así tomaban forma las precauciones por el temido coronavirus en Quillota.

    Hoy los deportistas brillan por ausencia en el recinto de calle Bulnes, ya que ahora por el sector de los camarines circulan doctores, enfermeras y personas que van en busca de atención médica. Esto porque el estadio Bicentenario está funcionando como un centro de salud, pero solo para enfermedades no respiratorias, según determinaron las autoridades municipales encabezadas por el alcalde Luis Mella y el director de Salud municipal, Víctor Alvarado.

    En el recinto deportivo, la atención de los profesionales que han sido destinados ahí se realiza entre las 08.00 y 17.00, para quienes soliciten una hora. Luego, desde las 17.00 hasta las 00.00, en el estadio se efectúan atenciones de urgencia, siempre para afecciones que no se relacionen con molestias respiratorias, que están asociadas al contagio con el COVID-19.

    Lo que busca esta medida es dejar al consultorio Miguel Concha -ubicado en calle Maipú- para atender exclusivamente a personas que presenten síntomas que indiquen que puedan tener coronavirus, y así no mezclar a quienes requieren atención médica, de manera de disminuir el riesgo de contagio.

    Farmacia y aislamiento

    Como explicó el asistente social Jorge Cárdenas, uno de los profesionales que colabora en el estadio, "quienes llegan son sometidos en primera instancia a un control de temperatura, para detectar a las personas que tienen fiebre. Ya en el interior del recinto se habilitaron cuatro boxes de atención para médicos y se están implementando también una sala para pacientes prioritarios y tiendas de campaña".

    Todas estás atenciones se realizan al final del pasillo, en una sala que originalmente se usaba para conferencias de prensa, y que ahora se habilitó con los box donde atienden los médicos y enfermeras. Además, se cuenta con una farmacia móvil para que las personas puedan retirar los medicamentos en el mismo lugar.

    En el caso que se presente igual una persona con síntomas respiratorios o tos, se le pasa directamente a la sala de primeros auxilios, al principio del pasillo, la que funciona como un espacio de aislamiento, para efectuarle los exámenes correspondientes que un médico supervisa. Se mantiene ahí al paciente hasta que se confirme o no que tiene COVID-19. De resultar positivo, se lo traslada a otro centro para su tratamiento siguiendo un protocolo de seguridad. "La idea es que nadie camine por la calle si se sospecha que está contagiado de coronavirus", aclaró Cárdenas. J

  • Personal de Granaderos realiza labores educativas

    Tal como ha ocurrido en todo el país, el personal de las Fuerzas Armadas no solo ha salido a resguardar el cumplimiento del toque de queda nocturno (de 22.00 a las 05.00), sino que también a entregar una labor educativa a la población y también de apoyo en espacios en donde se producen aglomeraciones de público.

    El delegado para las provincias de Quillota y Petorca, coronel Luis Barañao Torres, dijo que "hemos hecho patrullaje preventivo para evitar las aglomeraciones de gente. Además, contribuimos con entregar información y propiciar el espacio social".

    Agregó que "nosotros actuamos en coordinación con carabineros. Ante la detección de persona o local que esté fuera de la norma, solicitamos documentación, nos coordinamos con carabineros y ellos siguen el procedimiento judicial", dijo el oficial. J