Los productores y artesanos hijuelenses esperaban ansiosos que llegara el 23 de noviembre de 2015, porque finalmente con el término de la construcción del Centro de Productos Típicos de la comuna tendrían en el sector de Ocoa un espacio que serviría para mostrar sus creaciones. También el recinto sería un lugar donde los visitantes podrían obtener información turística acerca de los atractivos de la zona.

El proyecto era ambicioso y se esperaba que trajera múltiples beneficios, pero el plazo llegó y nada de eso ocurrió. Aunque la edificación ya estaba con sus paredes y pisos terminados y la instalación eléctrica, ventanas y puertas en su lugar, nunca se entregó.

Con la obra ya prácticamente lista, aparecieron varios hechos que paralizaron todo: la Empresa Ferrocarriles del Estado (EFE) interpuso una demanda contra la municipalidad de Hijuelas por permitir que se construyera en un terreno de propiedad de la compañía, específicamente en un sector que corresponde al área de seguridad de la vía férrea. La acción judicial pedía la detención de las obras y la demolición de la construcción. Sólo lo primero ocurrió, pero -indica el director de Obras del municipio, Rodrigo Vásquez- por insolvencia de la empresa constructora.

Sobre el proceso iniciado por EFE y también una denuncia en Contraloría hecha hace dos años por la entonces senadora Lily Pérez debido a un presunto sobreprecio que se habría pagado en la construcción de la obra, Vásquez indicó que aquello finalmente "quedó en nada", ya que se decretó que lo pagado estaba en regla y que "se determinó que no se había traspasado al terreno de la empresa, porque ese terreno lo entregó el MOP".

Temor

Los locatarios que trabajan a sólo metros de la estructura que quedó abandonada hace más de dos años y medio, no esconden su inquietud a raíz de las condiciones en que se encuentra el lugar. Cuando los obreros se fueron, y el recinto quedó abierto y sin uso, los destrozos comenzaron al poco tiempo.

Primero fueron rayados; después rotura de ventanas, puertas y conexiones eléctricas; para finalmente convertirse en un espacio donde desconocidos llegan a dormir y consumir alcohol y drogas de manera frecuente, acusan los vecinos.

Si bien, tras un incendio que en enero pasado consumió tres locales comerciales y una sede social, el municipio se ha preocupado de limpiar con mayor frecuencia el sector, el lugar sigue siendo foco de inquietud para ellos, indicó Margarita Cena, presidenta del Sindicato de Trabajadores Independientes Agro Artesanos Floristas Maitenes.

De hecho, temen que algo así vuelva a suceder si alguna persona que pernocte en el recinto abandonado intente prender fuego en las cercanías para abrigarse. También está el consumo de alcohol y drogas. "Se presta para vandalismo y drogadicción y es peligroso para nosotros porque acá inclusive queda un poquito solo (...) gente andante que uno no conoce, no sabe. Incluso se han entrado a los puestos y uno lo relaciona con la gente que duerme ahí", se lamentó la mujer.

Millonaria pérdida

La obra contemplaba una inversión de 577 millones 944 mil pesos, financiada con fondos del Gobierno Regional. Si se piensa, podría haber alcanzado fácilmente para construir al menos una decena de sedes sociales, de ahí la desazón que provoca entre los hijuelenses el hecho de que al centro nunca se le haya dado el uso para el que estaba concebido.

Desde el municipio, Vásquez asegura que se presentó al Gobierno Regional un proyecto para pedir un aumento de recursos para el término de la obra de unos 130 millones de pesos. Asegura que eso "está aprobado y ahora se está a la espera de la llegada del financiamiento para dar término al proyecto". Mientras eso ocurre, asegura que se está reforzando la seguridad en el sector con rondas más periódicas de Seguridad Ciudadana. J

Desde la mejora de espacios públicos hasta compra la de mobiliario para sedes comunitarias, fueron las propuestas que se adjudicaron los aportes del Fondo Sopraval para Organizaciones Vecinales. La iniciativa tiene por objetivo contribuir en el desarrollo de proyectos que favorezcan a diferentes comunidades de La Calera y Nogales por medio de un aporte económico.

"Para nosotros como sopraval es una oportunidad de seguir aportando al desarrollo de las comunidades, que se encuentran cerca de nuestras instalaciones, que son nuestros vecinos, con quienes convivimos diariamente, por lo cual estamos muy contentos de cooperar nuevamente en esta instancia. Cada vez las organizaciones vecinales se esmeran en presentar sus proyectos y estamos viendo propuestas de muy buen nivel y eso nos tiene bien contentos". Jorge Enríquez, Gerente de Sopraval. J