• Dejó dos carreras universitarias por dedicarse a tejer

    Tejer es un oficio milenario que con los años ha ido desapareciendo. Dicen que hacer puntos relaja y bien lo sabe Nancy Vergara, que hace más de diez años decidió dejar dos de las carreras universitarias que estaba estudiando para comenzar a trabajar en lo que más le apasiona: el tejido.

    De padres y abuelos tejedores de ponchos y mantas de huasos, Nancy se crió entre lanas y palillos. Con tan sólo once años comenzó a ayudar en una tienda de textil, ante la mirada recelosa de sus padres, quienes no querían ese futuro para ella. Por eso, ya mayor decidió probar una carrera universitaria. Primero fue acuicultura y luego licenciatura en matemáticas, ninguna de las dos la motivó lo suficiente.

    La sangre tira, y todo ese tiempo que pasó entre telares le dejó grandes enseñanzas. Actualmente vive de su local ubicado en Valle Hermoso, localidad conocida como cuna del tejido. Su puesto se llama "Javi" en honor a su hija pequeña. Desde que dejó los estudios y optó por dedicarse a tiempo completo a este precioso oficio, se ha ido ganando el cariño y respeto de los clientes, que prefieren sus diseños, sus tramados y entrelazados de colores y su innovadora forma denominada patchwork en la que mezcla lo textil artesanal e industrial con aplicaciones en fieltro, cuero y crochet. También, es conocida por su modelo "madre-hija", en el que confecciona la misma prenda para las mamitas y sus retoños, con mucho estilo.

    En pleno Valle Hermoso ha llevado una lucha por levantar el nombre, la historia y el legado de la localidad. "Tu vas a Valle Hermoso y dicen qué linda es La Ligua y uno piensa señora no está en La Ligua, está en valle Hermoso, o dicen qué linda es Vista Hermosa y uno aclara no señora, está en Valle Hermoso", dice aproblemada. Y esta es la confusión que Nancy pretende que no se genere más.

    Actualmente, está participando en el programa de Fortalecimiento de Barrios Comerciales de Sercotec, el que busca dinamizar la gestión comercial y mejorar el entorno urbano de esta localidad. Gracias a esto, junto a los comerciantes del sector, han gestionado la marca "Valle Hermoso, Cuna del Tejido", y realizan constantes actividades con el fin de revitalizar el lugar.

    A su edad entiende la preocupación de sus padres, quienes temían de su futuro debido a que la actividad no tiene una renta segura y muchas veces depende de los turistas esporádicos, pero Nancy no se arrepiente de nada. "Yo soy feliz y me siento orgullosa de ser parte de Valle Hermoso, de su cultura de tejedores, que viene de nuestros antepasados", cuenta orgullosa. J