• Uno de los 33 mineros de San José ahora pide dinero afuera del mall de La Calera

    En las afueras del mall de la comuna de La Calera, se ha vuelto común ver a quien fuera el vigésimosegundo rescatado de la mina San José en el 2010, Samuel Dionisio Ávalos Acuña. Allí ayuda a las personas que compran materiales, cargando los fletes o acompañándolos al transporte público si fuese necesario, todo esto a cambio de una propina. También asiste a los autos para salir del estacionamiento en el lugar, siempre a cambio de una recompensa monetaria.

    Y es que con 56 años, la vida del exminero parece estar bien alejada de los piques, ya que según cuentan vecinos del sector, Ávalos aparentemente tendría problemas con los vicios. Varios testigos afirman que el otrora rescatado llegó a la ciudad del cemento en el 2019, época en la que su principal fuente de ingresos era la venta de música en el centro de la comuna. Todo esto para mantener la casa de sus padres, ubicada en la población Manuel Rodríguez.

    "Él llego bien a La Calera, se veía en buen estado, ya que trabajaba e incluso me compraba cosas a mí cuando terminaba de vender, pero de un momento a otro empezó a cambiar", cuenta un trabajador del mall de La Calera. "Lo veía todos los días aquí cuando pasaba a trabajar, pero de repente cayó al maldito vicio, aunque más que eso no sé", añade el mismo testigo, quien prefirió mantener su identidad bajo el anonimato.

    Pero a pesar de su aparente adicción, Samuel Ávalos mantiene la compostura que lo caracterizaba como minero, puesto que residentes cercanos al centro comercial afirman que nunca se ha comportado de manera violenta. "De lo que yo veo acá, no tiene una actitud violenta, pero ya en su casa no sé. Como dije, veo cómo pasa por aquí, descansa un rato, se da unas vueltas y después se va. Aunque vuelve otra vez más tarde", asegura mismo trabajador.

    En la misma línea, el testigo afirma que actualmente Ávalos coopera con la gente del sector por una propina, declarando que "él viene aquí y ayuda a la gente a cargar las camionetas, porque hay adultos mayores que no tienen la fuerza y él va a ayudarles. Con eso se gana sus moneditas".

    Su vida tras el rescate

    Calerano de nacimiento, Samuel Ávalos se convertía en el minero número 22 en salir del agujero que lo mantuvo encerrado por 70 días, gracias a la cápsula de rescate "Fénix", en uno de los hitos más relevantes de la historia nacional reciente, que puso los ojos del mundo sobre nuestro país.

    Antes de ser sacado del yacimiento en la mina San José, en el norte chileno, Ávalos fue noticia ya que su pareja le pidió matrimonio, y él estando a 700 metros bajo tierra, aceptó.

    Luego del rescate volvió a Rancagua, lugar donde se radicó en esos momentos con su esposa y 4 hijos.

    En años posteriores, según se pudo averiguar, el extrabajador minero se pondría nuevamente el casco para entrar a un pique, esta vez en El Teniente. Pero lamentablemente, a raíz de sus traumas, su estancia en Codelco no duraría demasiado tiempo.

    Desde este medio intentamos comunicarnos con Samuel Ávalos para tener su versión de la historia, pero el exminero prefirió no entregar declaraciones. J

  • Incendios forestales en la zona han disminuido según bomberos

    A pesar de que las precipitaciones durante el invierno pasado superaron las expectativas existentes, y por ende, la vegetación y flora aumentó su volumen en la zona, los incendios forestales en la zona no crecieron porcentualmente, como se había previsto por bomberos de La Calera.

    "Yo diría que vamos bajo un 10% menos en llamados netamente forestales", asegura el superintendente del Cuerpo de Bomberos de La Calera, Cristian Omar Fernández, quien asegura que la situación se ha visto favorecida por el clima, asegurando que "hay días que han sido bastante refrescantes".

    Por otro lado, un factor determinante respecto a años anteriores, es la concientización que se hizo en diferentes campañas contra las tragedias ocurridas en bosques, que muchas veces terminaban en emergencias estructurales. El primero de todos los bomberos caleranos, complementa que esto ha sido determinante, pues ha provocado que "la gente nos llame a tiempo para poder controlar focos que podían pasar a mayores".

    Pero aunque el número de siniestros haya bajado, la gravedad de estos ha ido en un peligroso aumento con propagaciones rápidas que destruyen todo a su paso.

    "Si bien llevamos una carga de incendios menores, los que han habido fueron explosivos, y eso quiere decir que la superficie consumida es mayor que en años anteriores debido a su gran magnitud", detalla la autoridad bomberil. J