• Dos historias de talento que nacen en las Orquestas Juveniles

    Para algunos, la música no solo es una expresión artística. Es identidad. Es aprendizaje. Es el eje fundamental en la vida de una persona.

    La Fundación Nacional de Orquestas Juveniles e Infantiles de Chile (FOJI) nació en 2010 en conmemoración del Bicentenario de la República de Chile para promover el desarrollo social, cultural y educacional de niños y jóvenes a través de la música. En ese sentido, la Orquesta Sinfónica de Valparaíso es una de las 19 agrupaciones distribuidas a lo largo del país que conforman esta fundación.

    COMPROMISO Y EXCELENCIA

    La Beca de la Orquesta Sínfónica Juvenil Regional (OSJR) les permite desarrollar una práctica orquestal sinfónica de carácter formativo, con apoyo de directores e instructores profesionales, a través de ensayos parciales, generales y conciertos programados.

    En ese sentido, los becados deben contar con conocimientos previos en su instrumento y lectura musical, acreditando estudios en orquestas, ensambles o con profesores particulares. Este año 60 jóvenes artistas entre 12 y 22 años provenientes de distintas comunas de la Región de Valparaíso se destacaron en cada performance.

    Durante los ensayos de fin de semana, entre partituras, atriles y silencios atentos, se tejen historias que van mucho más allá de la música. Por años, el punto de encuentro de jóvenes talentos que encontraron en la música no solo una vocación, sino también una oportunidad de vida.

    LA MÚSICA LIBERA

    Ámbar Tobar, violonchelista de Petorca que ingresó a la orquesta regional en 2019, cursa cuarto año de Educación Musical en la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso y trabaja como profesora en una orquesta en Cabildo, cerrando un ciclo que define como profundamente significativo.

    "La Fundación entrega oportunidades reales, sin importar de dónde venga uno. El ritmo es muy parecido al profesional y eso te da herramientas para toda la vida", cuenta.

    Para Tobar, la experiencia fue decisiva: "La música y el chelo me cambiaron la vida. Sin esta oportunidad, probablemente no habría podido estudiar. Me abrió un mundo nuevo y me hizo entender que la música también es una profesión posible".

    En la orquesta encontró un espacio casi familiar, donde se crece junto a otros, se acompaña a quienes recién comienzan y se aprende a compartir desde la diversidad.

    Esa misma idea de continuidad y traspaso de saberes se refleja en la historia de José Ignacio Arancibia, contrabajista de 20 años y becado desde 2020. Llegó a FOJI motivado por su profesor en Olmué, quien también fue becado en su juventud.

    "Es una cadena muy bonita. Mi profesor fue parte de la fundación y hoy transmite esa experiencia a nuevas generaciones", relató Arancibia.

    A lo largo de cinco años, el músico pasó de la curiosidad inicial a un compromiso profundo con el arte. Hoy cursa tercer año de Interpretación Musical en la PUCV y proyecta continuar sus estudios en el extranjero.

    "Cada temporada ha sido distinta. He crecido junto a mis compañeros y la orquesta me ha acompañado en todo este camino", manifestó el contrabajista.

    Para él, han sido años de cambios rotundos donde cada avance implica un nuevo compromiso y una gran responsabilidad.

    "Lo que aprendo en la universidad lo aplico en la orquesta, y también aprendo muchísimo de mis compañeros, sin importar el nivel. Todos estamos abiertos a escucharnos y crecer juntos. Todo se puede lograr con disciplina y amor", afirmó.

    Desde distintas comunas de la región, jóvenes músicos se reúnen cada semana para aprender, ensayar y construir colectivamente. Historias distintas que, bajo una misma melodía, confirman que la música también puede ser un puente, una oportunidad y un futuro posible.

    Esta temporada, FOJI Valparaíso terminó con dos grandes conciertos en el Aula Magna de la Universidad de Valparaíso y en el Teatro Municipal de Viña del Mar los días 14 y 15 de noviembre, respectivamente.

    Ambos intérpretes destacaron en el programa musical "Esto es América", un recopilado de piezas musicales características del territorio como "La Partida" de Víctor Jara y "El Galeón Español" de la Sonora de Tommy Rey.

    El 15 de diciembre, la fundación cerró su proceso de postulación para el 2026, buscando una nueva generación de artistas regionales. J