• La creatividad docente puede cambiar la educación de un país

    Había una pregunta que erosionaba su mente en esos años: ¿cómo utilizar ese esfuerzo pedagógico para el bien de sus alumnos? Solo una palabra explica lo que estaba a punto de potenciar: creatividad.

    Así es como el profesor Eduardo Cortés Inostroza encontró su primera piedra filosofal del camino; logró transformar el modelo con la asignatura Educación Tecnológica del Colegio Diego Echeverría de Quillota, hasta el reconocimiento en 2017: fue ganador del premio Global Teacher Prize Chile o, como se le conoce, el "Nobel de la Enseñanza", organizado por Elige Educar.

    Para el profesional formado en la Universidad de Playa Ancha, padre de tres hijos pequeños junto a su compañera Margarita -también profesora de educación básica- y apasionado por los autitos Hot Wheels, "es fundamental hacer actividades que sorprendan al estudiante, buscar encantarlos con la clase y que sientan que están descubriendo algo distinto, no una rutina" dice a La Estrella con un alcance: "No siempre fui buen profesor o no hacía lo que tenía que hacer".

    Una epifanía de la mano de la profesora Rosa Gallardo en el Colegio Echeverría, influyó en inyectar su vocación: "Era como una madre para los estudiantes" y Oscar Vicencio, "se preocupaba qué les ocurría en sus casas y de sus familias", además de la influencia de otros compañeros de trabajo, propiciaron la innovación en su manera de enseñar.

    Cortés reconoce que el Global Teacher Prize le cambió la vida. El detonante para cumplir otros sueños. "Fui muy deseoso de ser formador de profesores. Sin el Global, no hubiera podido llegar a la universidad a hacerle clase a los que estudian pedagogía". Hoy es director de carrera en la Universidad Andrés Bello sede Las Condes y con un doctorado en curso, "algo que aspiraba".

    Advierte que muchos colegas se ven desprotegidos ante la violencia actual. "Y faltas de respeto, del estudiante o apoderado". Pone acento en prácticas que han hecho establecimientos en convivencia escolar. "Es un trabajo muy acabado entre escuela y familia para que se construyan valores tan básicos como la empatía, respeto y diálogo". Y suma: "Que se comprenda cuál es el rol verdadero del docente y existan todo tipo de apoyos".

    Para Cortés, la comunidad educativa y la atención en la salud mental, son pilares a blindar, "para que el profesor no sienta que no quiere estar más dentro de una sala".

    Compromiso docente

    El año pasado, Patricio Vilches, docente de la Escuela Básica G47 "El Guayacán" de Cabildo, también supo de ese "Nobel" en su novena versión en 2024: se quedó con el Global Teacher Prize Chile en la categoría Educación Integral. "Una experiencia increíble que me ha cambiado la vida 100%", comenta, mientras reconoce que "me ha llevado a transformarme en un vocero de la educación unidocente en Chile, a recorrer varios puntos del país contando de nuestra realidad. También ha acercado nuevos recursos para mi escuela, mis niños y mi entorno".

    Aunque han cambiado las formas, la esencia de su búsqueda siempre ha estado ahí. El leitmotiv de sus proyectos, como su colega Cortés, es la creatividad. "Siempre he sido un hombre que me he caracterizado por comprometerme con mi labor". Y enfatiza: "Sea la escuela en donde he trabajado, particular subvencionado, vulnerables, de excelencia académica y ámbito rural, como docente, he mostrado la misma pasión".

    A su juicio, educación y comunidad tienen un vínculo relevante. Lo estoy descubriendo y me interesa mucho profundizar en eso". Como cristiano de fe, cuenta que lo apasiona "tomar estas herramientas que tengo como pedagogo para poder misionar, hablar de Dios".

    Vilches evoca que sus profesores de básica en una escuela pública donde estudió son su inspiración. "Sobreponerse a la adversidad: con muy pocos recursos lograron súper buenos resultados en una época en donde tampoco había mucho".

    Es por eso que el presente en las aulas del país le preocupa. "El Estado, a través de nuevas leyes, de nuevas normativas, nos ha ido dejando vulnerables". Y suma: "Tenemos muy pocas leyes que nos defiendan a nosotros, en lo real, en lo concreto". Sobre las protestas del gremio del cual asegura ha sido partícipe, las considera "necesarias". Explica: "Los pequeños avances que hemos tenido se han logrado gracias a las movilizaciones, jamás mesas de trabajo que hayan surgido de manera espontánea".

    Si de desafíos se trata, aboga por "seguir profesionalizando mi labor unidocente". Apunta por un modelo propio, "que pueda ser exportado a otra escuela. Un trabajo súper silencioso, personal que estoy realizando hace mucho".

    Patricio Vilches percibe que hay atraso respecto a otros países en la primera línea en educación. Reflexiona: "Tiene que ver con las brechas. Mientras no exista un sistema educativo justo y equitativo para todos, muchos cambios no van a existir. Ahí tendría que partir una reforma educativa en Chile". J