Para Denisse Malebrán, el concierto que ofrecerá el 19 de marzo (21.00 horas) vía streaming desde Matucana 100 es especial por varias razones: se trata del primer show que hace en el año y el primero que realiza en pandemia desde una sala.

Además, forma parte de un ciclo que M100 organizó para el Mes de la Mujer y que incluye a Yorka. "Estoy muy contenta de que se esté instalando en centros culturales y en teatros que no solo hay un día de la mujer, sino que se le reconozca de manera más amplia y que durante este tiempo se le dé espacio a distintos tipos de profesionales mujeres y se reconozca su aporte en la ciencia, en la política y en todas las artes", dice Malebrán.

El show de la también integrante de Saiko reunirá canciones de su último álbum, "Antípoda" -lanzado en noviembre recién pasado-, del que se desprenden los singles "Hey", "Vals", "Piezas" y "Tarde", y algunos de los temas más reconocidos de sus primeros discos como solista.

Sobre lo que será su espectáculo, la cantante adelanta que "el concierto que realizaré en Matucana 100 es importante porque va a ser la segunda vez que presente en vivo canciones de mi última producción discográfica y también voy a tocar temas antiguos. Es un concierto muy relevante, en un mes importante para la música y las mujeres. Además, voy a tener la oportunidad de estar acompañada de mis músicos recordando el trabajo que he hecho años anteriores".

Acompañada por un trío de músicos, la artista presentará un concierto de 15 canciones en formato streaming. Las entradas ya están a la venta a través de la web de Matucana 100 y tienen un valor de $7.000 (preventa) y $10.000 precio normal.

-Llevas 25 años de carrera musical, ¿qué evaluación hace en este contexto del 8M y las reivindicaciones feministas?

-Es difícil cumplir años de carrera en un país con una industria musical siempre en vías de desarrollo y que nunca termina de consolidarse. Obviamente cuando partí yo era una especie exótica, una mujer sobre el escenario haciendo pop rock, que era un espacio de hombres principalmente. Durante muchos años me topaba de vez en cuando con una mujer, éramos muy poquitas las que hacíamos música en esa área, porque en el folclor y en la música romántica siempre ha habido mujeres. Eso ha cambiado mucho en los últimos años y hoy en el pop rock y en la música en general en Chile las más destacadas son mujeres. Y eso me encanta, ver a cabras que defienden su música con una libertad que quizás yo no sentí cuando partí. Al mismo tiempo, las necesidades de cambio son constantes, porque en 25 años uno se da cuenta de los cambios, pero también de las cosas que siguen siendo necesarias.

-¿Cuáles son las cosas que falta cambiar?

-Obviamente, erradicar el machismo y el sexismo de nuestra escena, porque los nombres más exitosos hoy son mujeres, sin embargo, uno ve las programaciones de muchos festivales y conciertos y hay 45 hombres y una mujer. Es decir, sigue siendo muy poco representada la figura y la postura de la mujer en distintos espacios. Falta que se abran espacios para mujeres trabajadoras del arte en todas las áreas, sobre el escenario y también detrás del escenario. Falta que se le dé la misma validez a una mujer que toque en una banda como músico.

ANTÍPODA

-¿Cómo has vivido la pandemia?

-Ha sido difícil, porque los músicos hemos sido uno de los gremios más golpeados, porque no podemos trabajar, que es algo que se echa mucho de menos. Yo te puedo decir que estoy mucho mejor que otra gente, pero no poder trabajar es brutal. No es que uno no quiera, no hay posibilidades. Tengo conciencia de que soy una persona súper privilegiada, que ha podido estar en su casa, pero echando mucho de menos estar en un escenario o subirse a un avión para ir a dar un concierto. Es decir, desarrollar el ejercicio completo de su trabajo, porque uno puede seguir escribiendo y componiendo, pero no es lo mismo que presentarse en vivo.

-En este tiempo compusiste y grabaste un disco, "Antípoda". ¿Lo definirías como autobiográfico?

-Todos mis discos han sido historias propias y otras cercanas, que se relacionan. Sin embargo, este disco creo que es más autobiográfico, porque también está retratada la historia de mi familia. Hay una canción que le escribí a mi abuela, una dedicada a un tío abuelo, otra que le hice a mis hijas y una a mi pareja. En el disco está representada una parte de mi mapa genético, donde cuento historias que tal vez otros no se atreverían, pero que cuando las cuento hay una especie de sanación. También está representado el tema de cómo ser mujer y cómo ha sido para mí ser mujer siendo músico, con el costo que ha tenido, el maltrato y el ninguneo. Creo que eso es bueno, porque uno va dejando atrás esos dolores. Por eso es un disco muy importante para mí. J