• El cine y el circo en Quillota seguirán esperando su apertura

    La sala de cine del mall Paseo del Valle sigue oscura y cerrada, mientras que a la gran carpa del circo del Tony Caluga, varado por casi año en Quillota, no entra nadie, porque ya la gran mayoría de los artistas se ha marchado. No hay quien aplauda sus actos.

    Este panorama es una gran decepción en la ciudad, ya que no se condice con uno de los cambios que anunciaron las autoridades en el Plan Paso a Paso para la Fase 3, que es en la que está Quillota.

    Según la última resolución del ministerio de Salud, cambian los aforos máximos permitidos para "eventos con ubicación fija y designada de los asistentes". Aquí se incluyen teatros, salas de cine, conciertos, circos y otros lugares claves para el desarrollo de la cultura.

    Estos lugares podrán abrir en fase 3 con un máximo de 75 personas en recintos cerrados y 150 en espacios abiertos, siempre que exista un espacio mínimo de 4 metros cuadrados por persona. Además, en fase 3 se permite la venta de comida en estas actividades, pero siempre que el aforo sea disminuido aún más: máximo 50 personas en lugares cerrados, y 100 en espacios abiertos.

    Pese a esta resolución, en el circo del Tony Caluga siguen de brazos cruzados. ¿Por qué? Los hermanos Sebastián y Abraham Lillo explican que "con 75 personas no podemos hacer nada, no es viable para nosotros, por ningún lado, hacer un espectáculo para tan poca gente. Un número nos cuesta mínimo cien mil pesos, porque muchos de esos artistas arriesgan su integridad también. Ni siquiera, además, han dicho cuándo podríamos empezar con las funciones".

    En este popular circo consideran que el anuncio de las autoridades no fue más que "un saludo a la bandera".

    "Está pensado más para teatros y cines. Nosotros seguimos recurriendo a la gente con la venta de churros y otros productos, pero ya no es la misma ayuda de antes y se entiende también, es que ya ha durado mucho esto de la pandemia y todos han tenido problemas. Aquí muchos de quienes estaban con nosotros, que estuvieron al amparo de este circo en un comienzo cuando quedamos parados aquí, ya han abandonado para emprender algunos sus propios negocios", dice algo decepcionado Sebastián Lillo.

    "Yo como dueño del circo estoy asustado, pensando en dedicarme a otra cosa, o declararme en quiebra no más. Si con este rebrote que hay del virus, no hay para cuando esto cambie", agrega.

    OTRAS OPCIONES

    Juan Lizama presta servicios como representante del circo ante las autoridades, presentando papeles y consiguiendo permisos. Conocedor de la angustia que embarga a los hermanos Lillo, reclama que "no entienden que el circo es un patrimonio cultural de Chile desde hace 200 años; durante el estallido social, las balas y proyectiles de uno y otro bando pasaron siempre por sobre las carpas, porque todos nos respetan".

    Sebastián Lillo anuncia que "si esto no cambia luego, estoy pensando en poner unos letreros afuera, algo así como 'están matando al circo', para protestar y que se den cuenta de nuestro drama".

    Igual algo han hecho. Acondicionaron una carpa más pequeña con piso de terciado y el dueño de este circo inactivo dice "lo hicimos para tener un espacio más digno para los niños y para todos los que vamos quedando acá. Así celebramos las fiestas de fin de año sin estar sobre la tierra. Además, pienso que podríamos poner mesas para que la gente venga a servirse un café y unos churros, no sé, algo tenemos que hacer para darnos vuelta".

    Una opción que surgió es que la carpa principal ("la cual ya empieza a deteriorarse", dicen) sea arrendada al municipio para que pueda ofrecer algunos espectáculos culturales allí.

    "Ya tenemos sillas instaladas, con el distanciamiento requerido. Vinieron a revisar en terreno unos inspectores y estamos a la espera de una respuesta. Podría ser una pequeña entrada para paliar todo lo que no hemos podido recaudar", explica Sebastián Lillo. J

    Con 75 personas no podemos hacer nada, no es viable para nosotros".

  • ¿Qué películas?

    En el mall Paseo del Valle, hasta las empleadas que están al ingreso tomando la temperatura y repartiendo alcohol gel dicen que de volver a pasar películas en el antiguo cine del recinto, no hay para cuando aún. Esto es ratificado por José Soto, administrador de este centro comercial, quien comenta que "hasta el momento nada se ha dicho sobre reabrir el cine, si hasta el patio de comidas arriba, que empezó a funcionar con algunas pocas mesas, lo cerraron de nuevo. Y eso que ahí hay harto espacio. Desde marzo que cerró el cine, y además, aunque pudieran abrirlo, qué películas van a dar, si es un negocio que necesita de un circuito para ir pasando las cintas en distintas salas; y tampoco que yo sepa, han filmado muchas películas nuevas por culpa de la pandemia".