• Olla común del cerro Mayaca sigue operando: "La gente la necesita aún"

    "La gente aún lo necesita", dice Nalda Rodríguez, una de las mujeres que están a cargo del comedor solidario del cerro Mayaca. La iniciativa nació desde los propios vecinos con la intención de ayudar a quienes, a propósito del COVID-19, perdieron su empleo y quedaron en una condición social compleja.

    La apertura del comedor dio una solución inmediata a cientos de familias del sector que tuvieron la certeza, de lunes a viernes, de que tendrían un plato de comida. Con las semanas, el municipio de Quillota comenzó a entregar gas para la cocina, proteínas para el plato diario y algunas legumbres. Esto, sumado al aporte -por ejemplo- de la Feria Sargento Aldea, ha permitido alimentar a cientos de personas desde hace varios meses en el sector alto de Quillota.

    Sigue siendo necesario

    Y si bien la entrega del 10% de los ahorros de la AFPs permitió dar un respiro a muchas familias, la necesidad en el sector sigue.

    Y por eso es que, pese a que muchos han podido comenzar a recuperar su trabajo, el comedor sigue funcionando.

    Nalda Rodríguez cuenta que desde la devolución del dinero de las pensiones y el fin de la cuarentena, las raciones pedidas en el sector han bajado un 20%, un margen que se repite en otros espacios similares en la comuna.

    "Vamos a seguir, porque aún nos quedan recursos y porque la gente aún lo necesita. Estamos entregando poco más de 150 personas, en condiciones que algunas veces tuvimos poco más de 200", dice la dirigenta.

    La mujer detalla que algunas personas han bajado su donación y otros no han vuelto. Pero sí hay algunos que son fundamentales y se mantienen.

    "Las chiquillas van a la feria (Sargento Aldea) y les dan verduras, frutas y así, cuando hay, damos ensaladas. Hasta pañales para adultos mayores y zapatillas tenemos", cuenta la mujer, quien detalla que ya todos saben que ahí se ayuda.

    El comedor solidario del cerro Mayaca también entrega almuerzo a personas que no habitan en el lugar, pero sí en las cercanías del sector alto de la comuna.

    "La gente pregunta si vamos a parar, o seguir, y ahí les decimos que se queden tranquilos", agrega.

    Para persona COVID

    La dirigente cuenta que este comedor también ha sido fundamental para las personas que viven en el cerro y que sufrieron o padecen COVID-19 o sus contactos estrechos. A ellos les llevan almuerzo de manera diaria.

    "Hay una encargada de entrega en los domicilios y lo que hacemos es dejarlo en la puerta, avisar y van a buscarlo a la reja. Las personas reciben durante los días de cuarentena", agrega Nalda, quien dice que la mayoría de las personas que se les ha ofrecido esta ayuda social mientras están enfermos, lo han aceptado. J

  • En la Chile Nuevo los adultos mayores siguen recibiendo ayuda

    En la población Chile Nuevo la situación es similar. Pamela Martínez cuenta que ha bajado en un 20% la cantidad de beneficiarios de los almuerzos que entrega de lunes a viernes, pero reafirma su intención de seguir porque la necesidad está.

    De hecho, el martes -cuando La Estrella visitó el lugar- había un grupo de personas que estaban esperando poder llevar alimento a sus hogares. La historia era similar: bajas pensiones, falta de trabajo para complementar o necesidad económica al tener que invertir fuertes sumas de dinero en medicamentos.

    "Acá llegan muchos adultos mayores y personas en situación de calle. Si lo necesitan, no se lo podemos negar", cuenta la mujer, quien destaca que en este comedor solo logran entregar alimentación gracias al aporte que hace el municipio a través de la Dideco.

    "No hay ningún privado que venga a cooperar, solo una o dos personas que lo han hecho, y de quienes estamos muy agradecidos", dijo la mujer, quien agregó también que si bien en un principio también ponía dinero de su bolsillo para mejorar la alimentación, ese ahorro familiar, ya se acabó.

    La entrega de alimentos se mantiene de lunes a viernes. Hay que recordar que el comedor de la población Chile Nuevo, está ubicado en calle Los Copihues, sector El Bajío, en Quillota. J