• Aglomeraciones en La Ligua preocupan a autoridades

    Como un día cualquiera, cuando el COVID-19 aún no existía: así se puede apreciar el centro de La Ligua por estos días. Y es que, pese a que la pandemia sigue su avance en el país, al parecer los habitantes de la zona están dejando de lado el confinamiento y han retomado sus actividades normales y, con ello, volviendo a las calles sin tomar las debidas precauciones.

    Filas de personas en bancos, AFPs y otras oficinas de servicios públicos ubicadas en el centro, se suman a las colas que se observan también en supermercados. Aquello es comprensible, ya que se trata de suplir necesidades urgentes, pero lo que es inentendible es, en un sinnúmero de casos, el nulo respeto al distanciamiento social. Grupos de personas que conversan en una que otra esquina completan el cuadro que pareciera ser previo al 3 de marzo, cuando la pandemia arribó a Chile. Pero no: es agosto, pleno invierno y con el virus aún al acecho.

    Preocupantes cifras

    Si el comportamiento de muchas de las personas que frecuentan el centro de La Ligua no aporta al esfuerzo generalizado por frenar la pandemia, los números tampoco acompañan a la comuna. Al revisar el 39° Informe Epidemiológico publicado por el Ministerio de Salud el lunes 3 de agosto, se lee que la cifra total de contagios en la comuna se alza hasta los 379, con 11 muertos.

    Esta última cifra precisamente es bastante decidora, ya que de acuerdo a la información entregada en este informe, la tasa de mortalidad en territorio liguano es de 29,1. Ésta se sitúa muy por encima de otra comuna de la región que sí está en cuarentena, como lo es La Cruz, que presenta una tasa de mortalidad de 7,9 (2 decesos) y 209 casos totales.

    En cuanto a los casos activos, según este informe del Minsal, La Ligua posee 38, por sobre La Cruz, que tiene 35.

    A destiempo

    Estos números tienen preocupadas a las autoridades locales liguanas, quienes si bien reconocen que existe falta de conciencia de muchas personas a la hora de cumplir con las medidas sanitarias para evitar los contagios, también ponen énfasis en que desde el Gobierno central las decisiones se están tomando a destiempo.

    Para el jefe comunal, Rodrigo Sánchez, "lamentablemente no se está escuchando aún a los alcaldes de las comunas, donde ellos conocen la situación concreta que se está viviendo en cada territorio. Estamos pidiendo hace mucho tiempo que se decrete cuarentena, pero hasta el día de hoy no se toma la decisión y ahora se agravó la situación, porque ha aumentado el número de contagios".

    Una visión similar tienen los concejales Erwin Olmos y Óscar Belmar Sánchez, quienes como ediles también han apoyado la petición de cuarentena, que hasta el momento no ha llegado. Pese a los efectos negativos que podría tener en el ámbito económico para las familias de la zona, insisten que es necesario para evitar mayores contagios y nuevas muertes.

    En esa línea, Olmos comenta que cuando se aprobó la ordenanza municipal para el uso de mascarillas y también resguardar el distanciamiento social, a mediados de mayo, las personas tomaron de buena forma la medida y adoptaron los cuidados pertinentes.

    No obstante, reconoce que "producto también por el tiempo que ha pasado yo creo, algunas personas como que se relajaron y vemos en el centro de la ciudad personas que no tienen el autocuidado que nos dice el ministerio de Salud. Por eso solicité el día de ayer en Concejo (miércoles 5 de agosto), que se reactive con más fuerza el tema de la fiscalización por el uso de mascarillas y el distanciamiento social y ver lo que son los espacios públicos".

    Respecto a la importante cantidad de personas que frecuentan las principales arterias de la ciudad, añadió también el concejal Óscar Belmar Sánchez, que "uno puede entender eso sí que hay gente que trabaja al día a día para poder vivir y está obligada a estar en el centro trabajando, pero hay gente que está de forma innecesaria ahí. Es preocupante toda la gente que hay en el centro de La Ligua".

    En Nogales

    En un recorrido por la comuna de Nogales se pueden apreciar algunas filas de personas que esperan su turno en locales comerciales, aunque la que más resalta es la que que extiende por varios metros en la vereda afuera de la sucursal bancaria que opera en el lugar.

    Y es que los viajes a La Calera están restringidos y por eso muchos se ven en la necesidad de realizar sus trámites financieros sin salir de la comuna. Entre los comerciantes nogalinos en todo caso, no hay unanimidad sobre si la cuarentena decretada en la comuna vecina, les ha traído el beneficio de tener más clientes.

    Donde hicieron un balance más auspicioso, fue en el centro veterinario La Ruca. La técnico-veterinario Mónica Pastén indicó que "hemos notado un aumento en el número de personas que traen a sus mascotas, ya que es más difícil que los lleven a La Calera. Aquí en el local atendemos con algunas restricciones, no pueden entrar más de dos personas, por ejemplo. Otra cosa es que ahora hay mucha gente que ha debido pasar más rato en la casa, entonces están más pendientes de sus mascotas, si no comen en dos días, si andan decaídos; entonces los traen más al veterinario".

    En cambio, en el céntrico minimarket La Plaza los vecinos siguen llegando por sus abarrotes, fiambres y bebidas, "no podríamos decir que hemos tenido más gente, o menos, en este tiempo. La verdad es que mantenemos a una clientela fiel ya que este negocio es antiguo aquí en Nogales", contó Sebastián, uno de los vendedores.

    En la panadería Mallorca, su dueña que se identificó solo como Adriana, lamentó que "estamos vendiendo mucho menos, y desde hace rato. La gente igual saca permiso para ir a Calera, aunque es complicado porque andan menos micros. Yo abro más tarde ahora y cierro más temprano, es que soy una persona mayor y debo cuidarme de este virus".

    La comerciante, que lleva mucho tiempo dedicada al rubro, y que aseguró que no piensa dejar de trabajar porque así se entretiene, agregó que "hay temor de que suban los contagios en Nogales. Anda gente que viene del norte, que anda de paso y uno no sabe si están con el virus; además, hay gente porfiada que igual anda con niños en la plaza o jóvenes que se juntan ahí; la alcaldesa mandó a sacar los asientos por eso". J