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En La Calera e Hijuelas llaman a la calma
Alrededor de 70 milímetros de agua caída durante el presente 2020 se registran en promedio en la provincia de Quillota tras las últimas precipitaciones de esta semana. Sin duda, un invierno un poco más generoso en ese aspecto que en temporadas anteriores. La sequía ha ganado mucho terreno en la zona central del país, aunque los cursos de agua recuperaron en algo sus caudales.
Pero para quienes desarrollan mayoritariamente la agricultura de subsistencia en los sectores de Las Cabritas, Pachacamita y Pachacama, ¿habrá ayudado a paliar los efectos de la sequía la lluvia registrada hasta ahora?
La encargada de la agrupación Preservación Medio Ambiente Pachacamita, Nelly Fernández, recordó que "en este sector se viene arrastrando ya hace diez años una sequía grande. Estas lluvias, lógico, nos dan un poquito más de esperanza, y son un alivio sobre todo para la agricultora de subsistencia, que es la que se ha visto mucho más afectada con la falta de agua. También las lluvias aportan para el agua potable rural, que es el sistema con que nos abastecemos en Pachacamita y también nuestros vecinos de Las Cabritas, que en conjunto, somos alrededor de tres mil familias".
Este alivio que, por ahora, hace olvidar el suministro vía camiones aljibes, fortalece en algún grado las napas subterráneas, sin embargo, el factor climático no es tan decisivo como pudiera pensarse, a la hora de mitigar la escasez hídrica que sufren estos y otros poblados rurales de la provincia.
Agua pasa de largo
Es una canalización realizada a importantes cursos de agua, como los canales Ovalle y Wadington, lo que en definitiva perjudicó a los pequeños agricultores de los valles bajos, según explica Nelly Fernández. "Se canalizaron estas aguas para llevar al embalse Los Aromos y a nosotros nos afectó eso, muy fuerte, porque eso implicó que dejaran de tener los agricultores de este sector, puntualmente, su turno semanal para poder regar sus siembras", alega esta dirigente medioambiental.
De esta manera, hubo cosechas que se perdieron debido a decisiones de las asociaciones de regantes que Fernández califica de "arbitrarias, ya que a los regantes locales no se les hizo partícipes, y solo supimos en Semana Santa, cuando este acuerdo ya estaba hecho. Nunca se contempló a los agricultores de este sector y virtualmente el agua pasó de largo por acá".
La ambientalista señala los cerros que rodean el lugar y agradece que ya han tomado un tono verdoso donde hasta hace semanas era todo sequedad, aunque también afirma que a las masivas plantaciones de paltos, en varios puntos altos, nunca les falta el agua para riego. J
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Delincuentes se llevaron $10 millones desde Cesfam de La Palma
Con sorpresa reaccionaron los funcionarios del Cesfam La Palma de Quillota al percatarse de que uno de los vidrios del lugar estaba roto cuando ingresaban a su turno la mañana del miércoles.
Rápidamente dieron aviso a Carabineros, quienes al entrar verificaron que se trató de un robo de medicamentos desde la bodega del inmueble. Desde el centro de salud avalúan las pérdidas en al menos $10 millones tras el robo, cifra que podría aumentar cuando se haga el catastro total.
Hay que recordar que este no es primer hecho que afecta a la salud primaria de Quillota. De hecho, el centro de Salud Miguel Concha, ubicado en las inmediaciones del hospital San Martín, había sido ya tres veces afectado por la delincuencia.
En el caso del Cesfam, cuyo centro no entrega medicamentos hasta que sean repuestos, los delincuentes se robaron, por ejemplo, implantes anticonceptivos, los que tienen un valor en el mercado de unos $200 mil. De hecho, se llevaron 15.
También robaron inhaladores y otros elementos que sumados van totalizando los $10 millones.
Paulina Ponce, encargada técnica del Cesfam La Palma, lamentó el robo que afectó al centro de Salud, el que mantiene una labor social y sanitaria importante con la comunidad rural del lugar. J