• El drama social que deja la crisis en el comercio local en la zona

    Con lienzos en las principales arterias de Quillota y La Calera, los comerciantes de la zona le han pedido a quienes se manifiestan por las calles, que no destruyan sus tiendas. Aunque los líderes del gremio en ambas comunas, coinciden en la necesidad de un nuevo Chile, y también como los que marchan esperan soluciones que permitan acabar con las desigualdades que se reclaman con fuerza desde el 18 de octubre, el día a día que enfrentan ambas ciudades ha significado un gran daño social para sus emprendimientos, negocios y pymes.

    Ricardo Ortiz, presidente del gremio de Quillota, advierte que si bien no han tenido locales saqueados, el mayor impacto, más allá de las ventas, porque cierran entre las 18.00 y 19.00 horas, ha sido el tema mental que se ha visto seriamente afectado desde los primeros días de la crisis, especialmente después de las primeras manifestaciones, que concluyeron con la propiedad de una AFP quemada, barricadas, incendios y destrucción en distintos puntos. "Todos nosostros estamos pasando por un nivel de cansancio, estrés muy alto. Anoche (martes) nos retiramos como a las dos de la mañana con la 'marcha de las capuchas'. Hay un nivel de inseguridad mayor. Todos los días terminanos de trabajar y vamos a las calles, a observarnos, a contarnos como están las cosas", dice. Estos hechos de violencia, en las últimas tres semanas, también se han repetido con el retail, bancos, comercios de cadena, farmacias, y edificios públicos como la Fiscalía y la Gobernación.

    Apoyan el fondo

    Sobre el movimiento social, el presidente de la Cámara de Comercio de Quillota, advierte que "yo no conozco a nadie, del ámbito no solo del comercio, del general, que esté en contra o no de acuerdo con la solicitudes de la ciudadanía". Ortiz agrega que con los lienzos que instalaron en las calles buscan dejar en claro eso, que el comercio está con el reclamo social, pero no con la violencia. "Copiamos un buen ejemplo de la Cámara de Comercio de La Calera. Allá se veía al empresario como una persona de un buen nivel económico, hay gente que le ha ido bien, pero es algo del día a día, nadie se hace rico viviendo en el comercio minorista, y quisimos hacer conciencia para dejar en claro que estamos de acuerdo con el movimiento", aclara el comerciante. En Quillota hay diez lienzos colgados, y tres por instalar, gracias a las gestiones y acciones de la unidad de operaciones del municipio local.

    Múltiples Marchas

    Ortiz pone sobre la mesa que existe claridad que hay marchas que son totalmente pacíficas, y que ellos desde sus vitrinas aplauden y solidarizan. "Las marchas en general, están organizadas cuando ves desfilar a clientes del comercio local, profesores, empleados municipales, gente de la salud, los jardines y no tienen riesgo para el comercio. Pero pareciera ser que hay una relación entre la marcha nocturna y un grupo interesado en robar, saquear, que no ha sido controlado", enfatiza Ortiz.

    Los desmanes y mayores problemas de inseguridad en Quillota han ocurido especialmente en la noche, por lo que hay miedo, aunque Ortiz no lo quiera decir abiertamente. Sin embargo, afirma que antes de la huelga general,e dos locales de calle Condell recibieron amenazas de personas que ingresaron e indicaron que si abrían el martes, habría represalias. Lo mismo se repitió a través de audios en redes sociales.

    En esa marcha -que fue pacífica y contó con 6 mil personas según la Central Unitaria de Trabajadores (CUT) local, Ortiz reconoce que algunos comerciantes recibieron gritos que los empujaban a adherir más allá de mirar la columna de manifestantes.

    "Nosotros tenemos que cumplir nuestros compromisos, hubo que pagar las imposiciones, no ha habido ninguna voz de parte del Estado que no las paguemos, hay que pagar el IVA, a fin de mes hay que pagar la luz, el agua, el arriendo, los sueldos", recalca Ortiz.

    Sobre los resguardos que tienen de sus negocios, el locatario detalla que "nosotros no estamos en esta dinámica de hacer fuerza de choque ni andar agarrándonos a palos con nadie. Lo que queremos es que no nos ocurra nada y contar con el respaldo de las policías".

    Semanas difíciles

    En La Calera los actos violentos comenzaron desde que arrancó el estallido social, y pese a que las mayores consecuencias las sufrieron el edificio de Chilquinta, tiendas de retail o locales del Mall Open Plaza, el comercio del centro de la ciudad también se ha visto amenazado.

    "Han sido semanas muy complicadas para nosotros", reconoce el dirigente del comercio calerano, Jorge Cabrera, quien explica que "nosotros queremos trabajar tranquilos, en paz. Nos hemos reunidos con otros gremios, como la feria minorista, con los pequeños locatarios del mall; y no hay dos opiniones, todo el mundo entiende que las demandas son justas, pero la forma de resolverlas es trabajando de forma civilizada, no destruyendo al país".

    Cabrera cuenta que para no sufrir daños y saqueos en sus locales, se han organizado para hacer rondas en las noches. "Hay horarios en que la cosa es complicada, desde la una y media hasta las cuatro de la madrugada, en que en el centro circula mucha gente, lumpen, tipos en bicicleta, cabros con mochila, encapuchados;que obviamente están tratando de hacer daño", acusa el dirigente del comercio calerano. "Si nosotros no estuviéramos organizados con el autocuidado, estoy convencido que en el centro nos hubiera pasado más de alguna desgracia", agregó Jorge Cabrera.J