• ¿Un monolito tapado? No, es un cargador eléctrico de vehículos

    Si usted ha pasado por la calle Chacabuco, en Quillota, seguramente se habrá dado cuenta que en la vereda que da hacia Chilquinta, hay una especie de "monolito" que está cubierto con unas bolsas plásticas.

    Según los cuidadores de vehículos, está ahí desde fines del año pasado, pero no es un monumento ni nada por el estilo: es un misterioso cargador eléctrico de vehículos.

    Ramón González, uno de los trabajadores del sector, cuenta la firme. "Es un cargador eléctrico de autos que está tapado porque le falta la conexión eléctrica, y también un permiso. Cuando eso esté listo, lo destapan y comienza a funcionar", dice.

    El aparato pertenece a la empresa Chilquinta y, tal como indicó González, sólo requiere la autorización de la Superintendencia de Electricidad y Combustibles (SEC). Funciona con dos tótems, muy parecido al sistema que tienen las estaciones de Metro Valparaíso.

    "Esos tótems son como los que se usan para cargar las tarjetas del metro. Allí el conductor inserta una tarjeta para que se active el cargador y lo conecta a su auto eléctrico. Todos esos autos tienen un enchufe y ese es el que se conecta. Después se prende una luz que avisa que el vehículo está totalmente cargado y y el conductor tiene que pasar de nuevo la tarjeta para desactivar el sistema", explica Ramón González, quien se enteró de todo esto por curiosidad.

    En Quillota y alrededores no se han visto vehículos eléctricos que anden circulando, por lo que el sistema, eventualmente sería para unos autos de la empresa de electricidad.

    "Yo he visto dos, uno que es como jeep, bien bonito y otro blanco. La verdad es que es bien llamativo el sistema, pero moderno. Obviamente no ocupa combustible, y es para autos fantásticos... no sé cuándo irá a funcionar, pero estoy ansioso de que le saquen el plástico", manifiesta González, riendo.

    Los transeúntes que pasaban por su lado casi ni se daban cuenta de su presencia. Y los que sí, le respondieron a La Estrella que debía ser algo como una estatua. "Quizás lo dejaron ahí por un momento para trasladarlo a alguna parte, algún camión, o es un monumento de algún personaje quillotano que no han inaugurado", dijo Raúl Pinares. Pero se equivocó, es un cargador eléctrico de autos. J

  • Denuncian cruel matanza de gatos

    Los vecinos de la calle Esmeralda, en la comuna de Quillota, están atemorizados por sus gatos. Denuncian que desde hace aproximadamente dos meses, unos desconocidos se los roban para dárselos a sus perros.

    En un principio creían que los felinos eran envenenados porque aparecían en muy mal estado en las puertas de sus casas, pero tras indagar entre ellos qué estaba pasando, se dieron cuenta que el caso era mucho más macabro de lo que se veía.

    "Al principio pensamos que estaban envenenando a los gatos, pero luego, hablando con vecinos, se supo que pasaban dos tipos en bicicleta con sus cuatro perros grandes. Ellos los buscan y se los pasan a sus perros para que los ataquen", explica Daniela Pizarro, una de las residentes del sector.

    Los sujetos aparentemente tienen 16 años y rondan el barrio alrededor de las 00.00 horas. "Yo los vi de lejos, a oscuras, pero siempre pasan con sus bicicletas y perros. Ya van más de 20 gatos muertos, así que le estamos pidiendo a toda la gente que sepa algo, que vaya a Carabineros a denunciar", detalla Pizarro.

    "Puede ser peor"

    La matanza se ha vuelto tan cruda, que los vecinos advierten que no hay día en que aparezca un gato herido. "(Los perros) no se los comen, sino que los muerden y después aparecen muertos en las puertas de las casas. Nosotros también tenemos un gato y estamos muertos de miedo que le pase algo", manifiesta Daniela Pizarro.

    P.M., otra vecina del sector, dice que los gatos, literalmente, son utilizados como juguetes para los perros de los tipos. "Se los pasan para que los maltraten, los hagan añicos, pero no se los comen, es como que si los hubieran entrenado para pelear. Estamos asustados, porque el nivel de violencia puede aumentar y puede ser peor", afirma con temor.

    La Estrella consultó en la Cuarta Comisaría de Quillota si registraban denuncia sobre esta matanza de gatos, pero hasta el cierre de esta edición confirmaron que no había nada. "Ningún vecino se ha acercado a declararnos este hecho, y aunque siempre estamos realizando rondas, lo importante es que se haga la denuncia", dijeron desde la institución. J

  • Callejón Cabrera tiene nueva sede

    Lentamente los limachinos del sector Callejón Cabrera están dejando atrás el recuerdo del voraz incendio que destruyó 60 viviendas el pasado 3 de enero. Un nuevo paso para lograr eso se dio esta semana con la inauguración de la nueva sede social, que reemplazará a la que se destruyó ese día.

    La estructura anterior había sido construida con materiales de madera, por lo que la actual, se reconstruyó con materiales livianos. Además se le agregó una rampa de acceso y un pasillo exterior con el fin de tener espacios más amplios e iluminados. J