• Quillota y su culto al asaltante argentino "Cacho Ochoa"

    Cuenta la historia, que el 13 de junio de 1973, un detective llamado Solón Salas Fuentealba, llegó hasta la posada La Quintrala, a unos 30 kilómetros de Viña del Mar, para patear la puerta de la habitación en donde se hospedaba Óscar Olegario Ochoa, un reconocido pistolero argentino, que se especializaba en asaltar joyerías.

    El detective Salas creyó que el delincuente, llamado el "Cacho Ochoa" o "El Mendocino" aunque nació en Córdoba, Argentina, estaba dormido, pero se equivocó: estaba despierto junto a su cómplice chileno y le dio tres balazos en el cuerpo. El último en la cabeza.

    Tras darle muerte, el Cacho junto a su compañero rompieron el vidrio de una de las ventanas de la pieza para escapar. La gente que escuchó llamó a la policía y rápidamente se movilizaron para atraparlos.

    Murió en su ley

    Pasó un día y el chileno no aguantó la presión. Se entregó y aseguró que nada tenía que ver con el homicidio del detective Salas. Entonces, todas las fuerzas apuntaron a Óscar Olegario, quien seguía escapando por los cerros de la Región de Valparaíso.

    El 15 de junio de 1973, el "Cacho Ochoa" llegó hasta un campo de alfalfas entre Limache y Quillota. Por fin estaba acorralado, pero para poder capturarlo definitivamente, se tuvieron que disponer de más de 300 hombres, tres helicópteros y 20 perros de seguimiento.

    Ahí le dispararon y murió. En Argentina se supo la noticia, pero nadie reclamó su cuerpo. Es más, aseguran, que por las radios se le pidió a las personas que aportaran dinero para darle un ataúd de madera y enterrarlo en el cementerio. Todos estaban conscientes de que se trataba de un delincuente, pero por razones que nadie puede explicar, se reunió tanto dinero, que el "Cacho Ochoa" terminó sepultado en un lujoso cajón, en el cementerio del Cerro Mayaca, en Quillota.

    De ahí surgieron los milagros...

    Favores y milagros

    "Dicen que una persona anónima llegó a pedirle un favor y que se le concedió. Desde entonces, vienen de todas partes del país a pedirle cosas y le cumplen las mandas. Como los niños ahora entraron a clases, generalmente se llena los fines de semana", dice Jaime Jiménez, quien lleva más de 60 años trabajando en el cementerio.

    En efecto, la tumba del Cacho Ochoa está llena de placas de agradecimiento por "favores concedidos". Algunas son por milagros de sanidad, otras por estudiantes que les fue bien en un examen y gente que ha pedido que le vaya bien en el amor. Otra trabajadora del cementerio, que pidió no ser identificada, comentó que en cierta ocasión escuchó a un desconocido con una curiosa petición. "Llegó a pedirle que le fuera bien en un encarguito, ya sabe, en algo de drogas... la gente con su fe puede hacer muchas cosas, pero no sé qué tan real pueda ser", susurró.

    En el ensayo "Rescate de la Historia y Memoria Colectiva del Cerro Mayaca Bajo", algunos vecinos aportaron con sus testimonios sobre el Cacho Ochoa.

    "Yo me acuerdo cuando lo andaban persiguiendo, como por la radio iban relatando los hechos, entonces fue un suceso del que todo el mundo estaba pendiente, además que uno se imaginaba que ese delincuente podía aparecer en el patio de tu casa en cualquier momento si andaba fondeado por Quillota. La cosa es que cuando ya lo mataron claro pidieron plata para su sepultura y de tanto que junto terminó con una media cuestión. La novia y el Cacho Ochoa son las tumbas que la gente más viene a ver acá, entonces ahí más se iba alimentando el mito, pero yo tengo una vecina que dice que le concedió el milagro así que por algo tiene su fama el hombre", relata un quillotano.

    Otro, en tanto, asegura: "El Cacho Ochoa fue todo un revuelo no solo acá cuando lo vinieron a enterrar, sino que en todo Quillota y Valparaíso también. La cosa es que la gente acá de la población es súper creyente y al tiro empezaron las vecinas a ir a pedirle favores porque se suponía que le había concedido un milagro a una señora de por acá que estaba enferma y se sanó. Y así, empezó la gente a ir a visitarlo, y así no más el tipo paso de malandrín a santo y los primeros que ayudamos a eso fuimos los que vivíamos acá que creímos en sus poderes milagrosos". J

  • El misterio de "la novia"

    Jaime Jiménez cuenta que "La Novia" de la familia Paulsen, también es muy visitada, porque hasta hace poco, se le podía ver embalsamada a través de un vidrio. "Como yo llevo tanto tiempo acá, incluso conocí a su mamá, una viejita que la sacaba y la limpiaba. Yo le ayudaba con el agua... después la viejita murió y la familia decidió sellarla y no se puede ver. Algunos, con su fe, le han atribuido milagros, pero yo no conozco ninguno. Además, que uno ve a la gente, pero no le anda preguntando a qué viene", manifestó.