• Quillota tiene a su propio encantador de perros

    "Ven, Lulú", se escucha en una pequeña plaza de Villa Alfredo Rebolar 2 de Quillota. De inmediato, una perra Pastor Alemán corre rauda hasta llegar donde Belimir Cataldo, conocido adiestrado canino que está ad portas de iniciar un nuevo curso para que las personas eduquen a sus mascotas. Con más tiempo disponible que el resto del año, el verano se vuelve una temporada prolífica para que los amos aprendan a convivir con aquellos perros que muchas veces se convierten en un dolor de cabeza.

    La relación de este quillotano con su perra Lulú y su perro Ajax es óptima y , de hecho, ambos canes comparten espacios del interior de la casa con él. Sin embargo, cuando apenas tenía nueve años, una tensa situación que para más de alguno podría haber significado un alejamiento de estos animales, en él tuvo el efecto contrario y siguió amándolos a pesar de todo. "Acá en mi cabeza tengo una cicatriz, que me la hizo un Pastor Alemán que tenía mi papá, me enterró el colmillo (...) Todos pensaban que me iba a alejar, pero nunca pensé hacerlo", recuerda el hombre.

    Servicio Militar

    Con esa prueba de coraje siendo apenas un niño, su familia y, en particular su padre que entonces era suboficial del Ejército y estaba a cargo de canes, se convencieron de que el lazo de Belimir con los perros era fuerte. Así, el entonces niño, pudo seguir alimentando ese nexo hasta que llegó a su juventud y se decidió definitivamente a ser un adiestrador de perros con todas las ley.

    La primera aproximación al adiestramiento de perros fuera de su núcleo familiar se produjo mientras hacía el servicio militar en Coyhaique. Allí, recuerda, "había un oficial que tenía Pastores Alemanes y como vio que me gustaban yo se los cuidaba".

    Ya de regreso desde el sur del país, en Quillota empezó a practicar con perros de cercanos, hasta que un día una amiga de su esposa le comentó sobre un curso para adiestradores que se dictaría en Santiago. Entonces fue el punto inicial de una "experiencia fascinante" como él la describe, que lleva casi tres décadas realizando. "Ese curso lo venían a hacer a Chile desde España, así que no lo podía desaprovechar. Eso fue el año 98".

    Ralek

    Con los conocimientos frescos, junto a tres amigos más, se decidió a abrir en Quillota una escuela de adiestramiento, y así surgió Ralek. Si bien la idea fue colectiva, con el paso del tiempo, solo él siguió con el proyecto pero con la venia de sus socios. "Me dijeron que siguiera, porque me veían con más preparación (...) Ellos querían más que nada educar a sus perros y los hicieron, pero después por sus labores y compromisos se fueron alejando, pero la relación siempre siguió siendo muy buena", recuerda el hombre.

    En la actualidad Ralek tiene un prestigio bien ganado en la provincia, lo que tiene con el pecho inflado a este "encantador de perros" quillotano. De hecho, junto a alumnos que son parte de un grupo de adiestradores que formó, participan constantemente en diferentes actividades. Una de ellas, fue el desfile por el aniversario de la comuna, donde recibieron el aplauso cerrado del público.

    Secreto del éxito

    A la hora de ganarse el prestigio, los buenos resultados que ha tenido en la educación de las mascotas ha sido esencial, incluso cuando los casos son severos. En este sentido, recuerda a un perro Pitbull muy agresivo que llegó a una de sus clases y que estuvo a punto de morderlo. No obstante, con mucho trabajo, logró doblegar al can.

    Basta con ver algunos segundos la clase de Belimir para darse cuenta del secreto del éxito de un buen adiestrador: la seguridad. En cada lección, este quillotano de 54 años, muestra una vitalidad envidiable,

    Según Belimir, lo principal a la hora de dirigirse a un perro para entregarle órdenes, es no demostrar temor. Los perros, explica, "a nosotros no nos miran como seres humanos, nos mira como manada (...) Entonces, al regirse en manada, siempre tiene que haber un líder y nosotros tenemos que ser ese líder".

    Además de hablarles con seguridad, tenemos que fijarnos en nuestro lenguaje corporal, por este motivo, la forma de ubicarse frente al can es erguido y, si se desea acariciar para darle una felicitación, nunca hacerlo colocando la mano sobre su cabeza directamente. Lo aconsejable es hacerle cariño en los costados de su cara y por debajo de su hocico. Y, por supuesto, los golpes están prohibidos.J

  • clases

    Mediante su página de Facebook (Belimir Eldan Cataldo) y su Whatsapp (+56975247303) está recibiendo inscripciones para su nuevo curso de adistramiento, que comenzará a impartir el domingo 20 de enero. El valor total es de $50.000 y será en lugar por definir dentro de Quillota.