• Artesano de ataúdes pide un cementerio para mascotas

    Mientras a algunos kilómetros, en Concón, sigue en gestación el proyecto del primer cementerio municipal de mascotas del país, en La Calera, un hombre amante de los animales continúa con su propia cruzada para que algún día las mascotas de la zona interior tengan también un final digno. Aquel idealista calerano es Gastón Rojas, un artesano de 87 años que hace un par de años comenzó a elaborar ataúdes para los "peludos", como les llama.

    Como buen amante de los animales, para él no se trata de solo un negocio, aunque para ser sinceros, las ventas no han estado bien en el último tiempo. De hecho, confiesa que en lo que va del año apenas ha vendido un ataúd y que fue a un cliente de Santiago, donde sí existen camposantos para mascotas, aunque particulares. "Vinieron de allá mismo a comprarme y eso lo enorgullece a uno, porque allá hay más variedad", dice, mientras asume que si existiese un cementerio cerca, el panorama sería un poco mejor.

    A su modo de ver, aunque cada vez existe más conciencia en el trato hacia los animales, aún resta un camino importante por recorrer a nivel nacional y también provincial. "Hay que ver no más que en Chile no hay muchos cementerios para mascotas y acá en Calera, Quillota, para estos lados, no hay (...) Las autoridades tendrían que pensar en eso y hacer algo para que alguna vez hayan y, aunque está difícil, ojalá lo alcance a ver", se lamenta.

    Fabricación

    Antes de dedicarse a fabricar ataúdes, Gastón pasó por una infinidad de trabajos, entre ellos electricista para la Empresa Ferrocarriles del Estado (EFE), cuando el tren funcionaba en la zona, vendedor de juegos de azar y reparador de calzados. Precisamente a partir de este último empleo, que desarrolló en el centro de La Calera, el hombre adquirió los conocimientos básicos para comenzar a elaborar las urnas.

    Sus conocimientos como artesano los adquirió, recuerda Gastón, "cuando trabajé en el mínimo (empleo) después eso me sirvió para estar como diez años con un negocio establecido, arreglando zapatos".

    Los materiales que emplea en la elaboración de las urnas son adquiridos en su totalidad en La Calera. Principalmente usa "madera de barraca. Ahora estoy usando unas placas y a todas las cajas les pongo mi firma".

    En el interior utiliza esponja blanca, la que es forrada por tela raso del mismo color y, para disimular las uniones entre los materiales, ocupa blonda.

    El ataúd es completado en el exterior con una cruz de madera y, además, con una lámina transparente de plástico que tiene una cavidad, en la cual el deudo puede colocar una fotografía de su mascota fallecida y su nombre. "Se me ocurrió ponerle ese detalle porque la gente que quiere a sus animalitos es muy cuidadosa y se fija en esas cosas y se da cuenta cuando todo está hecho con cariño", dice.

    Si bien este artesano no se dedica todas las horas del día a hacer sus ataúdes, ya que también participa en una agrupación de adultos mayores donde aprendió a hacer títeres, es metódico cuando se sienta a fabricar las urnas. Todas llevan tres manos de barniz o pintura. Por esta razón, la labor se hace en varias jornadas: "no es cosa de hacerlo apurado, porque se tiene que hacer con cuidado para que salga todo bien (...) si me pusiera a hacer un ataúd hasta que termine, me demoraría como cuatro días en todo, con la fabricación y el pintado", señala.

    Aunque las ventas de sus creaciones no pasan por un buen período, Gastón no pierde la esperanza de que las cosas van a mejorar. Está consciente que los productos asociados a las mascotas está en ascenso. Así, aunque sea a paso lento, espera que el cementerio para los "peludos" sea una realidad en la zona. J

  • distintos precios

    Los ataúdes elaborados por Gastón Rojas en su casa de Villa El Progreso, sector Artificio de La Calera, principalmente están destinados a perros y gatos, pero pueden ser usados también por mascotas de similares dimensiones y, también, ser personalizados a gusto del deudo. El rango de tamaño de las urnas varía entre los 30 centímetros y 1 metro de largo. Los precios se sitúan desde los 40 mil pesos hasta los 93 mil pesos.