• Peligro latente: más de una veintena de tranques en la zona

    Termómetros que alcanzan fácilmente los 30 grados en zonas del interior de la región, donde no existe la salvadora brisa marina y la posibilidad de refrescarse en el océano, hace que muchos piensen en burlar el calor en los tranques o embalses destinados a suplir necesidades agrícolas o de agua potable.

    Estos abundan. De hecho, en las provincias de Quillota, Petorca y Marga Marga, existe más de una veintena de estas estructuras, las que son blanco fácil para quienes desean nadar en ellas, a pesar de que esto está prohibido y que existe señalización que lo explicita.

    Tragedias con muertes por inmersión, como la ocurrida con Kevyn Olivares Leiva, que falleció el pasado fin de semana en el tranque Portezuelo, del sector Tabolango, en Limache, lamentablemente se repiten cada año. Es más, este mismo lugar ha sido testigo de más de un deceso, y la mayoría cuando los días de calor se dejan sentir.

    Imprudencia

    En el caso del joven de 22 años, así como en otros ocurridos en la región, el Grupo de Operaciones Policiales Especiales (GOPE) de Carabineros Valparaíso, es el organismo encargado del rescate del cuerpo.

    A juicio del Teniente Coronel Carlos Rodríguez Huerta, jefe de la agrupación, en la mayor parte de los decesos el factor imprudencia es el responsable.

    A partir de esa impertinencia a la que se refiere Rodríguez, las características de los tranques hacen el resto. En particular, la fangosidad del terreno, la vegetación existente y la densidad del agua, son los factores críticos en estos lugares.

    En el caso de los dos primeros factores, comenta el Teniente Coronel, "produce que la gente se hunda, se entierre o se enrede y tenga problemas para salir".

    La lama, totora y la zarzamora son algunas de las especies vegetales que generan inconvenientes. Si se considera el tercer factor, que es la densidad del agua, Rodríguez explica que puede afectar incluso a quienes se consideran nadadores experimentados.

    Esto, porque en los tranques "al tener minerales o sedimentos, genera que las aguas sean pesadas, que tenga mucha masa. No es como ir a nadar al mar, que el agua es salada, porque la sal hace que la gente flote. Entonces, la composición del agua hace que al bañista se le haga más pesado moverse".

    Rescates con robot

    En los últimos años las maniobras para la recuperación de cuerpos bajo el agua han evolucionado. Desde el 2013 que el Gope Valparaíso trabaja con un robot subacuático, con el que el tiempo de búsqueda a bajado de días a horas. Incluso, detalla Rodríguez, "el promedio es de casi una hora".

    El teniente Coronel explicó que con esta tecnología, "se hace un rastreo del fondo submarino, y a través de un sonar y cámara se logra ubicar el cuerpo". Entonces, una vez que es encontrado, el artefacto se adhiere a éste a través de un brazo y buzos bajan hasta el lugar donde se encuentra el cadáver, guiados por una especie de "cordón umbilical que tiene el robot", agregó Rodríguez.

    El robot tiene una autonomía para trabajar en cualquier medio acuático, con una profundidad de hasta 300 metros. Su modo de desplazamiento es con hélices, tanto para los movimientos verticales como los horizontales. J

  • petorca, con más tranques

    Según un catastro proporcionado por Indap, en las provincias de Quillota, Petorca y Marga Marga existen, al menos, 24 tranques registrados como parte de su labor de rehabilitación (a través de su convenio con el Gobierno Regional). Aunque todos estos tienen prohibición de baño y cuentan con cerco de protección prácticamente en su totalidad, la imprudencia de las personas puede llevar a que se las arreglen para traspasar las medidas de seguridad.

    De las tres provincias, la de Petorca es la que cuenta con el mayor número de estas estructuras, con 15, le sigue la de Quilota con 6, y la de Marga Marga con 5.