• Tejedoras de Pullally venderán sus productos en el retail

    Dedicación y paciencia. Esas dos son cualidades que las nueve integrantes de la Agrupación de Hilanderas y Tejedoras de Pullally (en la comuna de Papudo), están impregnadas en sus labores diarias. Se nota en cada detalle. Basta mirar dentro de la sede del grupo, emplazada en las cercanías de la medialuna del sector, para darse cuenta cómo estas mujeres tienen la capacidad de convertir un sencillo vellón de lana en un chaleco, bufanda, chal, gorro, cubrecama o piecera.

    Estas verdaderas artistas de la lana disfrutan creando y tejiendo a su gusto prendas que más tarde usarán sus propios familiares o su cautiva clientela pullallina o de otras comunas. En esa llegada a otros lugares es clave la constante asistencia a ferias de emprendimiento, para visibilizar sus productos. Pero su trabajo de años, que se mantiene constante bajo el alero del convenio INDAP-PRODEMU, tendrá un alcance mayor: serán vendidos en tiendas París a lo largo de todo Chile.

    Ropa infantil

    La llegada de las tejedoras pullallinas al retail es a raíz de un proyecto de INDAP, tiendas París y fundación Ona, denominado "Volviendo a Tejer", con el objetivo de recuperar y poner en valor el oficio textil. Para la quinta versión de esta iniciativa llegarán al mercado 1.300 artículos de vestuario para niños y niñas de 2 a 8 años.

    Las tejedoras de Pullally son parte de un grupo de mujeres de distintas agrupaciones pertenecientes a 24 localidades rurales de las regiones de Antofagasta, Valparaíso y Los Ríos, que elaboraron las prendas con palillo.

    En particular, las pullallinas elaboraron 38 chalecos que abrigarán a un niño o niña en alguna región del país. Silvia Arriaza, presidenta de la agrupación, comenta que "son productos exclusivos, tienen un 40% de alpaca, 40% pelo de llama y 20 % de oveja. Lo hilaron en Llay LLay (...) El teñido, el colorido que le dieron es espectacular, es único (...) Nosotros pusimos la mano de obra".

    Intenso trabajo

    Las artesanas tuvieron un mes y medio para tejer los chalecos, y para lograr esa meta el trabajo en equipo fue fundamental. Ese período, recuerda Arriaza, "fue intenso, pero nos juntábamos siempre en las tardes a coordinarnos, a apoyarnos también, porque había que hacer las cosas con precisión, por medida (...) Nos juntábamos de acuerdo al avance de las prendas, porque había una reunión semanal los días jueves donde llevábamos para entregar y volvíamos a traer más material". La labor comenzó a fines de abril y la confección terminó a principios de junio.

    Sobre la calidad de sus prendas, la dirigenta recalca que son productos que tienen el valor de haber sido creados a mano y de forma detallista. "Son chalecos que esperamos sean apreciados, por el trabajo que hay detrás y además porque tienen materiales únicos y todo mandado a hacer en forma especial. Los botones son acarados, preciosos".

    La ejecución del proyecto estuvo a cargo de la Fundación Ona, que coordinó a las artesanas en talleres técnico-prácticos para cumplir con los estándares de calidad requeridos. Este año, las pullallinas por primera vez fueron parte del desafío de entregar prendas terminadas, ya que en años anteriores la labor de quienes participaban en el proyecto se centraba en entregar ovillos, a modo de materia prima.

    Abrir puertas

    Estas esforzadas tejedoras, que compatibilizan su trabajo con las labores domésticas en su hogar, confían en que al aumentar el alcance de sus productos se les abran nuevas posibilidades. Los clientes al ver sus productos podrían motivarse a conocer la provincia, adquiriendo también más de sus creaciones.

    Lo hecho por estas artesanas, asegura Arriza, "va más allá de las expectativas que nosotros pudiéramos habernos hecho cuando nos formamos. Siempre pensamos en aprender, o sea, lo importante era cómo nosotros podíamos desarrollarnos en estas técnicas, el telar el tejido y hemos avanzado. Entonces esto vino como un desafío, si éramos capaces de hacerlo y de trazar nos plazos muy acotado, porque tenía fecha de entrega. Y eso se logró, y es una satisfacción enorme". Misma sensación que tiene otra de las tejedoras, María Isabel Ibacache, que señala que " esto es muy importante para uno, porque se valora lo que hacemos y uno se motiva más a seguir trabajando".

    Las prendas elaboradas por las pullallinas y el resto de las tejedoras, se comercializarán a través de colecciones de las marcas Tribu y Umbrale Kids en las Tiendas París de Alto las Condes, Parque Arauco, Casa Costanera, Mall La Dehesa, Mall Marina Arauco, Mall Plaza El Trébol, Portal Temuco y Paris.cl. J

  • lanzamiento y futuro apoyo

    El lanzamiento de esta iniciativa público-privada, se realizó este miércoles en el Foyer de la Cineteca Nacional, en el Centro Cultural Palacio La Moneda. En la antesala de este evento, la gobernadora de Petorca, María Paz Santelices, indicó que "es un grupo de emprendedoras que se está viendo que están trabajando con calidad; cien por ciento natural, y eso es lo que tenemos que promover en toda la Provincia de Petorca. Todos, los artesanos, y los que tienen un interés de salir adelante con productos de buena calidad".