• Casablanca es la capital de las payas

    La rima, la décima y el verso improvisado, tienen su cita este fin de semana en el mejor encuentro de payadores de Chile y de Latinoamérica. Es la versión XXIV del evento que organiza la municipalidad de Casablanca.

    Ayer la viña William Cole fue escenario del lanzamiento del certamen que se extenderá hasta el domingo y que reúne a representantes de Argentina, Chile, Colombia, Cuba, México, Panamá, Perú, Puerto Rico y Uruguay. Esta tarde es la inauguración en la Plaza de Armas de la comuna donde, aparte de la poesía popular, los asistentes disfrutarán de gastronomía, vinos, artesanía local, presentaciones artísticas y folklóricas.

    "Contento por las delegaciones que nos acompañan que son más potentes que el año pasado, vienen artistas distintos y queremos que la gente venga a ver el trabajo por mantener nuestras tradiciones. El año pasado tuvimos 40 mil personas y anhelamos superar esa cifra", manifestó el alcalde casablanquino Rodrigo Martínez.

    Guillermo Villalobos, el payador "Bigote", socio de la Asociación de Payadores Chilenos, dijo que el evento ha crecido en importancia y convocatoria.

    "El centro del evento es la palabra improvisada. Cada nueva idea sorprende a la gente. La lírica es la misma pero musicalmente hay diferencias", comentó el exponente, que anhela el certamen no pierda su esencia.

    "La improvisación hay que verla en vivo, no queremos que si se televisa sea como el Festival de Olmué", acota.

    Aparte de muestras, hay rondas de controversias entre los payadores internacionales, sin haber competencia.

    Tesoro vivo de la paya chilena es el talabartero cartagenino Arnoldo Madariaga, que a los 82 años está publicando un libro con su vida artística.

    "Mi familia son todos cantores y poetas. Un buen payador debe ser constante, leer y estudiar mucho para tener un buen vocabulario, y ser respetuoso con el prójimo. En mi caso, lo dejaré hasta mi último aliento", asegura el hombre que destaca a los payadores extranjeros y que las nuevas generaciones se interesen por este arte campesino.

    Un hijo y dos nietos lo imitan y con apoyo del Consejo de la Cultura, realiza talleres entre la V y VII regiones. J